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viernes, 3 de agosto de 2018

Museo Egipcio de Berlín. Neues Museum una visita fascinante y obligatoria si pasas por Berlín


Cada buen museo es un viaje. La isla de los museos de Berlín es el eterno viaje. Traspasar cada uno de sus museos es no solo hacer un viaje, sino estar en el viaje.
El Neus Museo Egipcio alberga no solo a Nerfertiti. Va de miles de objetos y forma de vida organizados con una coherencia temática y simbólica que da gusto infinito perderse en su pasillos y plantas para hacer un viaje a Egipto sin pisarlo.








































Mi hija y yo hemos conocido a Nefertiti en el Neues Museum de Berlin.

Mi hija de espalda ante Nefertiti. están prohibidas
las fotos en esa sala, solo 10 metros más allá puedes hacerla.



Escuchar la explicación del audio guía abrazado a mi hija y mirando a menos de un metro el busto de Nefertiti, ha sido sin dudas la mejor experiencia que he tenido nunca en un Museo. Hacerlo con mi hija que ya tiene diez años es un gusto indescifrable.  Similar a mi emoción cuando vi La Mono Lisa en París, o La Venus de Botichelli en Florencia. Ya con mi hija había visto el Museo Chagall en Nice hace dos años que fue otra gran visita; pero esta obra de Nefertiti para alguien como yo, que soy no un fan de la cultura egipcia,  sino que esta cultura ha consolidado mi carrera literaria es algo realmente descomunal.

Quizás uno de mis cuentos más publicados es  'Señales sobre Egipto'. Este cuento fue publicado por primera vez en 1994 por la Revista de Letras Cubanas. Su editora Madelín Cámara fue quien me descubrió como cuentista. Francisco Sacha apoyó la publicación y me llegó a decir que este cuento le parecía un fragmento de Margaret Youcenar.  
Era cierto, 'Memorias de Adriano me habían impactado mucho había leído la traducción de Julio Cortázar.
Ese mismo año Sacha lo incluyó en Fábula de Ángeles. Una Antología de cuentistas de la generación anterior, Senel Paz, Reinaldo Montero, Sacha, Ernesto Santana entre otros, junto a Ricardo Arrieta, Carlos Calcines, Sánchez Mejía,  y yo.
Francisco López Sacha en el prólogo de "Fábula de Ángeles" escribió la primera crítica impresa que alguien hizo de un texto mío. Hecho que le agradezco infinitamente, pues fue un espaldarazo a mi corta carrera de escritor de cuentos en ese momento...

CRÍTICA DE SACHA A MI CUENTO

"La violacion de la lógica, en busca de otra lógica, llega quizás a su punto culminante en "Señales sobre Egipto," de Arsenio Rodríguez Quintana. En ese cuento, publicado en 1994, se describe con minuciosa intensidad un viaje por el Nilo realizado en la barca faraónica del joven rey Tutankhamen. Como una autoridad en egiptología, el autor nos describe a grandes rasgos el paisaje y la vida del reino, deteniéndose en una contemplación exquisita. Allí están las vestimentas, las naves, el papiro, los esclavos ungidos con aceite, y las piedras preciosas de un universo que se desliza junto con la barca por ese río más bien lezamiano que nos recuerda la muerte de Narcizo. El autor elige la voz de una doncella, y ella realiza la sinuosa labor de complicar el cuento al encontrar en una cifra mágica el sentido de toda la historia.(frag.)  Pag 16. Fábula de Ángeles, 1994."

 En el año 2000, incluí este cuento en mi primer libro, La Caída y otro Deseos, publicado en Cuba. Ed. Abril. 

Nefertiti significa “la bella ha llegado”, su famoso busto se realizó a partir de un núcleo de piedra caliza cubierto por capas de estuco. Criada en un harén, hacia 1345 a.C., con entre diez y doce años, se convirtió en la Gran Esposa Real de Akenatón, hijo de Amenhotep III.Nefertiti dio a Akenatón seis hijas, pero una esposa menor, Kiya, le dio un varón: el futuro Tutankamón,
Incluso sin saber nada de esto, la fascinación perfecta que engendra mirar su busto de cerca es absolutamente alucinante.
Sin dudas, el Neues Museum tras la colección del Louvre es el que más piezas originales sobre Egipto he visto en mi vida. Lo mejor es su organización y las cantidad de información en cada sala sobre cada tema. Ahora en el Louvre se hecha en falta Nefertiti, tras su llegada aquí a Berlin en 1912. Sin dudas, junto con la piedra Roseta, marcan un hito de Egipto fuera de Egipto.