Vivir esta fiesta con mi hija es maravilloso. Aquí la historia de la fiesta.
"La fiesta de Sant Medir es una de las más arraigadas en la villa de Gràcia. Es conocida principalmente por las toneladas de caramelos y golosinas que se lanzan al público desde caballos, carrozas y camiones. Por la mañana, se organiza un desfile de colles por el barrio y empieza una romería hasta la ermita de Sant Medir, en Collserola, donde se encuentra un grupo para homenajear al santo. Volviendo, las mismas colles encabezan un gran pasacalle por las calles principales del barrio y reparten los dulces entre el público, que se prepara con bolsas, cubos y paraguas para recoger tantos como pueda.
La celebración en homenaje a san Medir continúa, todavía. La Bordeta y Sant Gervasi también organizan pasacalles, con la participación de las colles propias, y la romería hasta la ermita. Una vez en la ermita, se organiza el grupo conjunto en honor del santo, con una misa y el acto de colocación de lazadas conmemorativas en la bandera de cada colla. De todos modos, el barrio de la Bordeta organiza su celebración el domingo siguiente a la fiesta.
La tradición es que Sant Medir se celebre un día laborable, tanto en Gràcia como en Sarrià-Sant Gervasi, por lo que si el día 3 de marzo cae en domingo, la fiesta se traslada al día 4. En la Bordeta, en cambio, el desfile siempre tiene lugar el domingo siguiente a la festividad.
Motivo
El origen de la fiesta de Sant Medir lo encontramos en Gràcia, y concretamente en una promesa que hizo en 1828 el panadero Josep Vidal i Granés, que tenía el negocio en la calle Gran. Dijo que si resolvía una afección de salud, iría cada año en romería en la ermita de Sant Medir. Aquel año se empezó a hacer y, poco a poco, se fueron añadiendo familiares, amigos y más grupos de gente, que después se organizaron en colles.
En los primeros pasacalles, volviendo de la romería, el panadero graciense lanzaba habas al público como homenaje al santo, que, según la leyenda, sembraba. Con el paso de los años, las habas se fueron sustituyendo por caramelos, hasta el punto de que hoy la celebración se llama Dulce Fiesta.
Orígenes
La celebración homenajea a san Medir, un campesino que según la leyenda habitaba en la sierra de Collserola, en unas tierras próximas a Sant Cugat. Dicen que en el año 303, en medio de la persecución de los cristianos bajo órdenes del emperador Diocleciano, el obispo Severo de Barcelona huía de la ciudad. Y he aquí que, cuando pasaba por Sant Cugat, chocó con el campesino Medir que sembraba habas. El obispo le explicó el motivo por el que se escondía y, decidido a morir antes de renunciar a la fe cristiana, le pidió que dijera la verdad si alguien preguntaba por él. Una vez se hubo ido, las habas empezaron a crecer de manera milagrosa.
Poco después, los perseguidores se encontraron al campesino Medir, quien les explicó la verdad: Severo había pasado por allí hacía un rato mientras él sembraba habas. Los hombres se pensaron que se mofaba y que protegía al obispo y se lo llevaron. Y, habiendo capturado a los dos, los encarcelaron y los martirizaron hasta la muerte."