(Noticia del El Mundo 15 junio 2017)
Vietnam condena a 10 años de cárcel a una bloguera por criticar al Gobierno contra el Estado, una sentencia que ha provocado las críticas de gobiernos extranjeros y organizaciones internacionales de derechos humanos.
La condenada es Nguyen Ngoc Nhu Quynh, conocida como "Madre Seta" o "Nam Me" en vietnamita, una popular activista que lleva años escribiendo sobre derechos humanos, la muerte de civiles custodiados por la Policía y desastres naturales provocados por los humanos, como el peligroso vertido de una empresa taiwanesa que el año pasado mató a millones de peces en el país asiático.
Según declaró a AP su abogado, Vo An Don, fue condenada tras un juicio de un día por el contenido que publicó en 18 artículos en su perfil de Facebook denunciando las políticas medioambientales y la injusticia social del país y por sus comentarios vertidos en varias entrevistas con medios extranjeros, como Radio Free Press o Voice of America. La Fiscalía sostuvo que sus opiniones malinterpretan la línea del gobernante Partido Comunista y socavan la confianza pública en su liderazgo.
Durante el proceso, esta mujer de 38 años y madre soltera de dos niños mantuvo en todo momento su inocencia. "Ella no admitió haber cometido ningún crimen defendiendo que tiene libertad de expresión", aseguró el letrado. A su parecer, el veredicto era "demasiado duro e injusto" y piensan recurrir la sentencia, algo que deberán hacer en un plazo de 15 días.
La decisión provocó de inmediato la queja de países como Estados Unidos, que aseguró estar "profundamente preocupado" por la sentencia de Quynh y la de otros manifestantes pacíficos durante este último año. "Pedimos a Vietnam que libere a Madre Seta y a todos los presos de conciencia de inmediato y que permita a todas las personas en Vietnam expresar libremente sus opiniones y reunirse pacíficamente sin temor a represalias", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
De la misma forma, las organizaciones internacionales de derechos humanos elevaron la voz para exigir su inmediata liberación. "El verdadero escándalo no es lo que dijo Madre Seta, sino la obstinada negativa de Hanoi a derogar unas leyes draconianas que abusan de los derechos, castigan la disidencia pacífica y manchan la reputación internacional de Vietnam ", subrayó Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch Asia (HRW).
Amnistía Internacional (AI) y Defensores de los Derechos Civiles se unieron en un comunicado para instar a Vietnam a "abstenerse de criminalizar y perseguir a las personas por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión y a respetar y proteger el derecho a un juicio justo". La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Le Thi Thu Hang, salió al paso de estas críticas asegurando que el juicio de Quynh se llevó a cabo de acuerdo con la ley vietnamita.
El caso de esta bloguera se suma a la lista de los 110 presos políticos que, según HRW, hay en el país, una cifra que el Gobierno niega argumentando que sólo aquellos que violan la ley acaban en prisión. Es el caso de Pham Minh Hoang quien, con 62 años y doble nacionalidad franco-vietnamita, cumplió una condena de tres años por artículos que "ensombrecieron la imagen del país". Finalmente, este profesor de matemáticas fue deportado a Francia el sábado pasado sin previo aviso tras serle revocada su nacionalidad vietnamita, una medida "sin precedentes y chocante", según HRW.
Esta misma organización publicó hace unas semanas un informe titulado "No es país para activistas de derechos humanos: ataques a blogueros y activistas por la democracia en Vietnam", en el que denunciaba las agresiones y amenazas diarias contra estos colectivos en Vietnam y exigía al régimen comunista de Hanoi que ordene terminar con estas prácticas, que siempre quedan impunes.
Hace poco, este país asiático también saltó a la primera plana al conocerse que se ha convertido en el tercer mayor verdugo oficial del planeta, tan solo por detrás de China e Irán. Según un informe de AI, basado en datos del Ministerio de Seguridad Pública, entre el 6 de agosto de 2013 y el 30 de junio de 2016, Vietnam ejecutó a 429 presos. A día de hoy, con una media de 147 ejecuciones al año o más de 12 al mes, "cabe preguntarse cuántas personas más han sido víctimas de la pena de muerte sin que el mundo lo sepa", denunció Shalil Shetty, secretario general de AI.
Durante el proceso, esta mujer de 38 años y madre soltera de dos niños mantuvo en todo momento su inocencia. "Ella no admitió haber cometido ningún crimen defendiendo que tiene libertad de expresión", aseguró el letrado. A su parecer, el veredicto era "demasiado duro e injusto" y piensan recurrir la sentencia, algo que deberán hacer en un plazo de 15 días.
La decisión provocó de inmediato la queja de países como Estados Unidos, que aseguró estar "profundamente preocupado" por la sentencia de Quynh y la de otros manifestantes pacíficos durante este último año. "Pedimos a Vietnam que libere a Madre Seta y a todos los presos de conciencia de inmediato y que permita a todas las personas en Vietnam expresar libremente sus opiniones y reunirse pacíficamente sin temor a represalias", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
De la misma forma, las organizaciones internacionales de derechos humanos elevaron la voz para exigir su inmediata liberación. "El verdadero escándalo no es lo que dijo Madre Seta, sino la obstinada negativa de Hanoi a derogar unas leyes draconianas que abusan de los derechos, castigan la disidencia pacífica y manchan la reputación internacional de Vietnam ", subrayó Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch Asia (HRW).
Amnistía Internacional (AI) y Defensores de los Derechos Civiles se unieron en un comunicado para instar a Vietnam a "abstenerse de criminalizar y perseguir a las personas por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión y a respetar y proteger el derecho a un juicio justo". La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Le Thi Thu Hang, salió al paso de estas críticas asegurando que el juicio de Quynh se llevó a cabo de acuerdo con la ley vietnamita.
El caso de esta bloguera se suma a la lista de los 110 presos políticos que, según HRW, hay en el país, una cifra que el Gobierno niega argumentando que sólo aquellos que violan la ley acaban en prisión. Es el caso de Pham Minh Hoang quien, con 62 años y doble nacionalidad franco-vietnamita, cumplió una condena de tres años por artículos que "ensombrecieron la imagen del país". Finalmente, este profesor de matemáticas fue deportado a Francia el sábado pasado sin previo aviso tras serle revocada su nacionalidad vietnamita, una medida "sin precedentes y chocante", según HRW.
Esta misma organización publicó hace unas semanas un informe titulado "No es país para activistas de derechos humanos: ataques a blogueros y activistas por la democracia en Vietnam", en el que denunciaba las agresiones y amenazas diarias contra estos colectivos en Vietnam y exigía al régimen comunista de Hanoi que ordene terminar con estas prácticas, que siempre quedan impunes.
Hace poco, este país asiático también saltó a la primera plana al conocerse que se ha convertido en el tercer mayor verdugo oficial del planeta, tan solo por detrás de China e Irán. Según un informe de AI, basado en datos del Ministerio de Seguridad Pública, entre el 6 de agosto de 2013 y el 30 de junio de 2016, Vietnam ejecutó a 429 presos. A día de hoy, con una media de 147 ejecuciones al año o más de 12 al mes, "cabe preguntarse cuántas personas más han sido víctimas de la pena de muerte sin que el mundo lo sepa", denunció Shalil Shetty, secretario general de AI.