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jueves, 27 de febrero de 2020
Mi primer poema publicado y mi primer cuento. Caimán Barbudo (1988) y Naranja Dulce, (1989). Arsenio Rodríguez Quintana
Invitación a la presentación de la Antología Los últimos serán los primeros. Hecha por Salvador Redonet.
En esta antología Redonet publicó mi cuento 'EPITALAMIO'
"Epitalamio"
Trastea sus dientes en la noche y no tiene parásitos alojados en el duodeno. Su acompañante intenta despertarla sobando sus senos en el sueño. Ella aun sin despertarse consigue excitarlo membrum in manun prendere et ejaculationen interfemora. Estaban tan alucinados, que no percibieron mi entrada en la habitación. Las palabras que logre interpretar son "Dulce Ratón", "Angel Terrible". Después del cunnilingus se levanto de la cama. Tenia que ayudarse en la onania, aunque también se masturbaba mediante la compulsiva aproximación de ambos muslos, solo su propio dedo podía provocar notable excitación en su vulva, provocando un maximum que aquel hombre no le ofrecía.
A los nueve anos de edad fue tocada en los genitales por un hombre de unos cincuenta anos; con quien sintió delirium tremens cuando sanguinem mentruatuionis amatae lambit et deverat. Se habitúo desde entonces a friccionarse en el lado izquierdo de la vulva, aproximadamente en el tercio superior del labio menor izquierdo. Su actividad corporal predominaba especialmente en el lado izquierdo; en todo caso realizaba actos a menudo con esta mano, por ejemplo, el acto de cortar con las tijeras. Lo que hacia hoy no era una fricción superficial, sino una frotación de toda su ninfa. El dedo percibía los espasmos de la vagina.
De pronto Li se detiene obedeciendo a los recursos de la memoria y recuerda cuando tenia quince anos como se metió en la vagina la punta de la almohada, con la cual quiso representarse un glande,y su amiga entro en ese momento en el cuarto que compartían y practico con ella anum feminarum amatarum lamberat. En ese momento miro hacia la puerta donde yo me encontraba. Se dio media vuelta en la cama y siguiendo los nuevos impulsos de su mano izquierda se introdujo uno de sus dedos en el ano que el esfínter recibió con acelerados latidos y una discreta nerviosidad conocida. Su acompañante hubo de someterse al nuevo estado de cosas y mediante la mano forzó otra eyaculación que dejo caer en el espacio vacío entre sus nalgas facilitando la introducción de aquel prepucio flácido, incapaz de librar la distancia de ese nuevo laberinto que exigía la eficacia de un prepucio eréctil. Se dejo excitar así el cunnus con el pene curvo, lo cual le produce gran excitación. Ella le hizo resaltar días anteriores la ventaja de las relaciones anales, además se libraban de luchar contra la vaginacin que ella padecía.
Claro que desde hace algún tiempo Li sabia que era muy difícil lograr orgasmos con hombres si estos durante el coito no presionaban bien con el membrum el lado izquierdo de la vagina, cosa que muy pocos lograban a pesar de ser advertidos. Su onania y penetración anal en ella estaban justificadas, dado que en ese trance podía con su mano complacer aquel sitio irascible en la vagina. Ahora cuando percibe que el orgasmo se aproxima perdió el conocimiento. Quis, quid, ubi, quibus, auxiliis, cur, quomod, quando? Lo anterior es un hexámetro técnico de Marco Fabio Quintiliano, que encierra lo que en retórica se llama la circunstancia: La persona, el hecho, el lugar, los medios, los motivos, la manera y el tiempo. Resuma además toda instrucción criminal: ¿Cuál es su crimen? ¿Dónde lo cometió? ¿Por qué? ¿De qué modo? ¿Por qué medios o con qué cómplice? ¿En qué tiempo? ¿Quién es el culpable? Semejante trauma es la noche de bodas, especialmente cuando transcurre sin orgasmos en una de las partes.
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Cuento publicado en la antología “Los Últimos Serán los primeros”, editado por la editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993.
A los nueve anos de edad fue tocada en los genitales por un hombre de unos cincuenta anos; con quien sintió delirium tremens cuando sanguinem mentruatuionis amatae lambit et deverat. Se habitúo desde entonces a friccionarse en el lado izquierdo de la vulva, aproximadamente en el tercio superior del labio menor izquierdo. Su actividad corporal predominaba especialmente en el lado izquierdo; en todo caso realizaba actos a menudo con esta mano, por ejemplo, el acto de cortar con las tijeras. Lo que hacia hoy no era una fricción superficial, sino una frotación de toda su ninfa. El dedo percibía los espasmos de la vagina.
De pronto Li se detiene obedeciendo a los recursos de la memoria y recuerda cuando tenia quince anos como se metió en la vagina la punta de la almohada, con la cual quiso representarse un glande,y su amiga entro en ese momento en el cuarto que compartían y practico con ella anum feminarum amatarum lamberat. En ese momento miro hacia la puerta donde yo me encontraba. Se dio media vuelta en la cama y siguiendo los nuevos impulsos de su mano izquierda se introdujo uno de sus dedos en el ano que el esfínter recibió con acelerados latidos y una discreta nerviosidad conocida. Su acompañante hubo de someterse al nuevo estado de cosas y mediante la mano forzó otra eyaculación que dejo caer en el espacio vacío entre sus nalgas facilitando la introducción de aquel prepucio flácido, incapaz de librar la distancia de ese nuevo laberinto que exigía la eficacia de un prepucio eréctil. Se dejo excitar así el cunnus con el pene curvo, lo cual le produce gran excitación. Ella le hizo resaltar días anteriores la ventaja de las relaciones anales, además se libraban de luchar contra la vaginacin que ella padecía.
Claro que desde hace algún tiempo Li sabia que era muy difícil lograr orgasmos con hombres si estos durante el coito no presionaban bien con el membrum el lado izquierdo de la vagina, cosa que muy pocos lograban a pesar de ser advertidos. Su onania y penetración anal en ella estaban justificadas, dado que en ese trance podía con su mano complacer aquel sitio irascible en la vagina. Ahora cuando percibe que el orgasmo se aproxima perdió el conocimiento. Quis, quid, ubi, quibus, auxiliis, cur, quomod, quando? Lo anterior es un hexámetro técnico de Marco Fabio Quintiliano, que encierra lo que en retórica se llama la circunstancia: La persona, el hecho, el lugar, los medios, los motivos, la manera y el tiempo. Resuma además toda instrucción criminal: ¿Cuál es su crimen? ¿Dónde lo cometió? ¿Por qué? ¿De qué modo? ¿Por qué medios o con qué cómplice? ¿En qué tiempo? ¿Quién es el culpable? Semejante trauma es la noche de bodas, especialmente cuando transcurre sin orgasmos en una de las partes.
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Cuento publicado en la antología “Los Últimos Serán los primeros”, editado por la editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993.
En el prólogo a los narradores eróticos nos trató así:
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