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domingo, 14 de febrero de 2016

El corazón de un poeta y las flores del bien: Margaridas



Hoy escribí ...
el corazón me ha crecido desde que te conozco. 
Aún no me caben tus piernas. 
Son muy largas y a pesar de ser muy bellas 
no me ha crecido lo suficiente la cavidad.
He aprendido que no debo esperar muchas cosas del exilio/  salvo ver sonreír y crecer a mi hija. 
Soy muy selectivo para dejar entrar en mi cuerpo alguna piel desde que soy padre.
Eso no lo dudes. 
"La edad me ahorra la angustia por las cosas que no son fundamentales..."
Aún así, no puedo detener el crecimiento del cardiovascular cuando algo me conmueve.
Es imposible que te olvide.
En estos días existo a través de tí. 
Existo mientras sueño a Milton, "Paraísos Perdidos."
PERDONA. El día  fue largo y estoy resfriado.

Mi fidelidad se hará cuerpo
en tu nombre de flor. No vuelvo a tí como un paraíso perdido (me repito debe ser la fiebre). Sino como referencia de ser feliz, aunque hoy seas carne virtual.

Un beso con suave sordina como hizo Miles Davis...¿Ojalá escuches está canción?

Frijoles Negros, arroz blanco y picadillo para mí hija en Barcelona.

Ayer en un ataque de cubanía que  va siendo menos usual en mí. Le preparé este plato a mi niña: Frijoles negros, arroz blanco, y picadillo (carne picada para los españoles).
Nunca cociné en Cuba (no lo digo con orgullo, es un ejemplo de idiotez profunda)  y mis referencias todas son virtuales. A mí niña sólo le digo, -ella protesta pues no le gusta todo en un solo plato-, que así, lo comía yo.
Verónica Cervera debía vivir cerca para que diera un curso para separados y solteros...on line. O en vivo.

Mi niña no se siente mitad cubana pues nunca ha ido a Cuba. No lo hago por mantenerle una identidad que desconoce.  Yo no he vuelto en 17 años. No es una voluntad son los hechos. La comida española creo que la cocino mejor, es muy rica y amplia con matices increíbles en 17 comunidades que suman 46 millones de personas. Las variantes son infinitas y ahora mismo los mejores chef del mundo Hermanos Roca, y antes y durante 10 años,  fue Ferran Adriá.  Aquí a cualquiera se lo olvida ser cubano por el paladar, seguro. 

Si ha esto le sumas que viví dos años en Sevilla. 

  

Perfil de una calle verde de Oporto.

Oporto es una ciudad que te obliga a quererla no sólo por la humedad. Hay fachadas que son lienzos. O alfombras. Por la simetría del buen gusto. 
No sabía ni que había hecho esta foto. Ha sido una casualidad feliz  encontrarla...
Parece una fábrica...