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martes, 12 de marzo de 2019

He visitado en el British Museum el Moai, la Piedra Rosetta y los frisos del Partenón. Un viaje a los libros de mi adolescencia.

Cuando decidí elegir una carrera para hacer en la universidad, no tuve dudas en saber que era licenciatura en historia. Quizás porque la historia de los griegos que había leído con suficiencia, especialmente Homero y la  Odisea de  Ulises, y su retorno a Ítaca,  el  viaje a La Kont-Tiki del explorador noruego  Thor Heyerdanl, por el cual descubrí esas esculturas fascinantes de la Isla del Pascua, los Moai, y sin duda, Howard Carter y su libro sobre el descubrimiento de la Tumba de Tutankamón, me habían cambiado la existencia, a través de la imaginación. Me la habían hecho crecer.

Hace unos meses cuando estuve en Berlín con mi hija, visitar a Nefertiti con ella fue fabuloso, pero en este viaje a Londres de cuatro días por mi cumple por impulso e iniciativa de Joanna, he visto en el  British Museum, originales de esas tres grandes influencias que tuve en mi vida como formación intelectual. 
No es casual que mi primer libro se llama, Síndrome de Ulises, por  ser Ulises  y llevar 20 años sin volver a Cuba, que mi cuento más publicado  se llama"Señales sobre Egipto." Las lecturas te cambian la vida, a mí además de la vida, me condicionan los viajes. 

Moai

Hay algo muy seguro: en la Isla de Pascua, Hoa Hakananai'a tenía una vista mucho más agradable que la que tiene hoy en el Museo Británico de Londres. Cuando los ingleses lo desenterraron hace 150 años, en 1868, el moai de basalto de 2.42m de altura y 4.2 toneladas de peso estaba en una vivienda ceremonial, en la que le daba la espalda al mar y miraba el cráter del volcán Rano Kau, donde en épocas ancestrales los habitantes de la isla nadaban hasta un islote cercano en busca de huevos del pájaro manutara. El que lo lograra primero, sería erigido como persona sagrada de la tribu por un año. 
Simón Posada Tamayo

mediados de julio de 1799 -se desconoce con exactitud el día preciso-, un destacamento militar francés, bajo las órdenes del oficial Pierre-François Bouchard (1771-1822), se puso a desenterrar una antigua fortaleza egipcia, denominada por los franceses Fort Julien, en Rashid (Rosetta), en la costa norte de Egipto, cuando un soldado descubrió la llamada piedra de Rosetta, un bloque de piedra granítica de unos 760 kilos que dos décadas después resultó ser un elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios.

En la cara pulimentada de la piedra, que era un fragmento de una antigua estela egipcia, aparecían tres tipos de escritura: la parte superior, compuesta por 14 líneas, estaba formada por jeroglíficos egipcios; las 32 líneas de la parte central estaban escritas en demótico, la última fase de la escritura egipcia; y la parte inferior la formaban 54 líneas en griego, una lengua hablada y escrita enel antiguo Egipto desde época helenística.
La estela contenía un decreto sacerdotal en honor del faraón Ptolomeo V,datado en el año 196 a.C. Los ingleses se la llevaron como botín de guerra a Londres tras derrotar, en 1801, a las tropas napoleónicas en Egipto. Pero fue un francés, Jean-François Champollion (1790-1832), quien finalmente descifró los jeroglíficos egipcios a través de la piedra de Rosetta, en 1822. Hoy en día es la pieza más visitada del Museo Británico de Londres.

Frisos del Partenón

Tienen más de 2.000 años de antigüedad. Esculturas magistralmente talladas en mármol que el mundo entero valora pero fueron creadas en la antigua Grecia: los frisos del Partenón de Atenas.  A inicios del siglo XIX, aproximadamente la mitad de las piezas que aún sobrevivían en la acrópolis de Atenas fueron retiradas por el entonces embajador británico Lord Elgin y trasladadas a Londres, donde terminaron formando parte de la colección permanente del Museo Británico. La historia oficial aceptada en Reino Unido es que Lord Elgin había obtenido permiso para trasladar estas piezas con el fin de protegerlas, ya que algunas de ellas ya incluso habían sido dañadas en guerras pasadas.
Casi dos siglos más tarde, una mujer, Melina Mercouri, presentó el primer reclamo formal de Grecia para obtener la restitución de estas piezas históricasEn 1983, Mercouri, quien en aquella época era ministra de Cultura de Grecia, viajó a Londres para presentar su reclamo. Ella tenía otra visión de lo ocurrido.

Verlas es gratis

Sería grosero y "poco caballero," que quien robó estas joyas históricas, nos cobre por verlas, me parece que solo se ampara tenerlas en su posesión, dejando gratis que las veamos... En Berlín no solo hay que pagar por verlas sino las colas que hay. En París, hay horarios gratis para ver el Louvre donde hay muchas piezas egipcias robados por Napoleón. Solo los noruegos, el museo de la Kon-Tiki, hecho con todo lo que se robó Thor Heyerdanl, se  ha comprometido a devolver lo robado a la isla de Pascua, o sea a Chile.


Moai
                                                                   Museo Británico.

Piedra Rosetta

Frisos del Partenón








Libros citados: 


Resultado de imagen de Howard Carter descubre la tumba de Tutankamón.
Libro 
Kon-Tiki
libro

Resultado de imagen de sindrome de ulises arsenio rodriguez quintana




El último cuento de este libro contine: Señales sobre Egipto.

Tutankamón realizó su viaje en barca como nuevo rey del norte y sur de Egipto, una mañana; desde el delta hacia Menfis, con calma cálida sobre las aguas. Viajaba hacia el sur, Nilo arriba, en contra de la desembocadura hasta Tebas. Seguro que durante los últimos ochenta kilómetros de recorrido el río estaría más transitado por barcos. Ahora solo eran una leve flotilla. El rey iba junto a su esposa Arkesnámon, quien había heredado el rostro de su madre, Nefertiti, que significa “la mujer hermosa ha llegado”. Su belleza iba..
           Frag. Señales sobre egipto