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domingo, 12 de diciembre de 2010

Conozco a la Virgen de Guadalupe

Esta afirmación no es de un loco, sino de alguien que es incapaz de agradecer a una madre anónima, que con dos hijas, una madre y un padrastro-padre, entre La Habana Vieja y Santiago de las Vegas, fue capaz de dejarlos por un tiempo para irse a Miami con sus hermanas, para desde allí, poder salvar en la medida de lo posible, las carencias de una familia que su gobierno se mostraba y muestra incapacitado para tomar medidas de apertura económica y civiles e intentar así salir de una crisis que dura 50 años.
Tomar esta decisión no fue fácil para ella, separarse de los más queridos siempre es un desgarre, pero hoy hechas las cuentas de lo que evitó que viviéramos, no había solución posible. A veces el cariño retrasa decisiones que luego el futuro termina por pasar factura, por no haber sido más prácticos en momentos esenciales, hubiésemos seguido juntos, pero hundidos y Perdidos como esa serie norteamericana que siempre he pensado se inspiró en nuestra Cuba.
Ella hizo la promesa de enviarnos remesas para nuestra supervivencia cada mes desde 1993 hasta 1999, y cumplió a rajatabla, luego supimos de su precariedad laboral e impagos de algunos de sus jefes, sus carencias de vida dentro de una sociedad dura y desconocida, pero eso jamás interfirió para que la ayuda llegara como ese reloj tan famoso de Londres que ella pronuncia tan bien en su inglés que aprendió en la Universidad de La Habana, y consolidó con los Beatles, en aquellos convulsos sesenta donde hizo amigas para toda la vida en la Facultad de Letras.
Sé que es una extraña virgen con una nieta del otro lado del Atlántico, pero  ella se ganó ese lugar junto a la patrona del día de su nacimiento con la voluntad y el estoicismo propios de quien asume decisiones que luego prevalecen en el eje de su vida. Sé que no es la única, pues cada familiar que envía una remesa a La Habana, también es adorado en un altar para quien la recibe, ellos son los verdaderos héroes del siglo XXI, y sin duda también es un homenaje velado a Miami, que ha sido en los últimos 50 años el mayor sostén de la familia cubana.
A Guadalupe Vidal en su día.