Yo que viví en La Habana Vieja la crisis de 1994, en agosto, donde más de 34 mil personas se lanzaron en balsa a Estados Unidos, estadísticas no oficiales (las oficiales el gobierno cubano impide que se hagan) dicen que cada uno que llega, o rescatan, tres quedan en el mar, los ahogados pueden ser miles. En fin.
Años después de esto, de pronto me ví en un camping de la Empordà, en Girona, practicando rafting con instructores, de cómo llevar una balsa por el río abajo hasta la desembocadura.
Fue una extraña y divertida experiencia que asumí a placer, mientras la cabeza la tenía en esos miles de cubanos que no llegaron nunca a la costa de la Florida, estoy hablando en pasado, no, que no llegan hoy a la Florida pues lo siguen intentando para irse de Cuba o de Castro.
Fue una extraña y divertida experiencia que asumí a placer, mientras la cabeza la tenía en esos miles de cubanos que no llegaron nunca a la costa de la Florida, estoy hablando en pasado, no, que no llegan hoy a la Florida pues lo siguen intentando para irse de Cuba o de Castro.