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domingo, 17 de febrero de 2013

Visitando tumbas de escritores: Sartre, Córtazar, O. Wilde, A. Machado.

Nací muy cerca de uno de los cementerios más importantes de América, Necrópolis de Colón, en La Habana. Quizás por eso, desde pequeño jugar entre las tumbas era algo natural para todos los del barrio. Después crecí y enamorarme y besar en este espacio era también un acto natural, esto sin olvidar que estando en el centro de la ciudad  es un lugar de tránsito habitual para todos. 
Después que salí de Cuba, hace más de una década, cada vez que visito una ciudad, tengo por costumbre -si tengo tiempo- de ver los ilustres que allí se guardan. Como he ido varias veces a París, el Père Lachaise y el Montparnasse, han sido habituales, pero también iglesias o Monasterios, en Lisboa, vi a Fernando Pessoa en uno. Hoy agrupo varios en este post donde he tendido una experiencia singular ante un buen escritor en silencio bajo el mármol.

 

Ante la tumba de Julio Cortázar en París
Ante la tumba de Antonio Machado en Collioure, Francia.
Ante la tumba de Oscar Wilde en Père Lachaise
Ante la tumba de Sartré en Montparnasse

 

Drassanes de Barcelona: La República y los emigrantes africanos

Acudí como miles de barceloneses a las puertas abiertas de Las Drassanes de Barcelona con mi hija, aprovechando los paseos de las fiestas de Santa Eulalia (Laia). Además de los barcos de vela y motor maravillosos, sus perfiles verticales que permiten ver las bodegas, y demás infraestruccturas bien conservadas que hicieron que mi hija abriera mucho los ojos, me gustaron dos detalles...
Uno un barco con los colores de la República, hecho en esa época y una patera con foto de inmigrantes africanos.
Sin olvidar, que uno viene aquí  y descubre detalles insólitos de la antigua muralla de Barcelona. Y yo particularmente recuerdo un padre marino mercante y varios cumpleaños colectivos en la Bahía de La Habana sobre la popa de un barco que hoy navega en esa nube de nostalgia y tiempo que llamé en mi libro, Síndrome de Ulises.