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martes, 12 de diciembre de 2017

Con esta línea horizontal de las nubes en Barcelona Gaudí hubiese mostrado un enfado monumental.

No es un secreto decir que Gaudí amaba la Curva, y que esta fue la esencia de su estilo.
Hoy pleno final del otoño en Barcelona, las nubes han decidido rediseñarse sobre la ciudad en una línea recta seguramente no del gusto del arquitecto modernista quien hizo de la curva un concepto claro en su arquitectura.

Lo peor, es la complicidad sutil de la luna. Que más parece un punto de luz que la luna en sí. Es raro que el cielo se parezca tanto al mar y hoy no lleve a mi niña al cole como ayer para invitarla a reflexionar con esta escenografía de invierno europeo.

Amo el teatro del invierno y el hecho de parecer una cebolla por el algodón, lana, y plumífero. Amo esa felicidad tan antigua en el rostro de mi niña cuando ayer terminó de armar su árbol de navidad. Se llama ilusión.