En esta foto, amanece en Barcelona, ver este acto es una de las pocas compensaciones que tiene levantarse muy temprano para trabajar en verano.
No recuerdo ahora la canción que escuchaba
cuando hice la foto, pero en el cumple despedida de una amiga el sábado, le prometí hablar de su ida de vacaciones a una isla, quizá sería la
canción de Rubén Blades, Todos Vuelven.
Los exiliados cuando logran instalarse
y trazar una nueva rutina, les entra la necesidad insaciable de recuperar su
vida anterior, y obtienen cuando lo visitan, solo la mitad del
mundo perfecto, de aquí y de allá,
como canta Madeleine Peyroux "Half the perfect world is
found."
Volver solo es tener la ilusión de recuperar esa
otra mitad del pasado que ya no te pertenece y que algunos pensamos por
momentos que no nos hace falta.
No obstante, aunque no te guste volver, ni te
interesen los exilios de este bloguero,
ver el amanecer, es tener solo la mitad del mundo perfecto, sobre todo después de captar esta caída de la tarde desde el Parc Güell de Barcelona mirando al
Tibidabo, o sea, al atardecer.
Nos pasamos media vida buscando
el PARAÍSO, que sería el mundo perfecto, y con mucha suerte, solo tenemos la mitad.