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miércoles, 4 de enero de 2017

Passages Verdeau: un paseo en el siglo XXI por un París del XIX.

París no acaba nunca. Tiene millones de historias maravillosas. Arquitectonicas, humanas y sociales. El problema es que no siempre tienes suerte de que alguien te cuente una en cada viaje.
Sarah mi alter ego en París y mi familia, me llevó de la mano hasta  "El Passage Verdeau," un pasaje cubierto que está en el barrio donde vivo y duermo desde el 2009 en París: IXe arrondissement. Entre la rue Gran-Batelière y la rue Du Faubourg-Montmartre.
Luego de conocer bastantes barrios, jardines y museos, tras 7 visitas a París, siempre por muchos días,  no esperas una ruta de estos pasajes del siglo XIX. 
Que te llevan a un París que has conocido en catálogos de pintura donde moderno e impresionistas se cruzan y abrazan. Donde te sientes un verdadero 'flâneur,' alguien que flota callejeando y buscando lo intangible por las calles de París.
No vale que vivas en la ciudad, no vale que creas que has vivido en ella. París no acaba nunca por eso me asombra que hayan perdonas que te dicen que la conocen. Yo no salgo de Francia,  y adoro esta ciudad, pensar que la conoces toda en una visita de una semana  es casi un absurdo. A mi encanta no conocerla demasiado y buscar entre su vientre tesoros así...





Chet Baker le ganó la partida a Miles Davis en mi. Escucha Almost Blue.



Necesito una razón para escuchar a Miles. Chet, en cambio, me gana en su poderosa tristeza.  No me alienta vida desde los espacios que deja en el silencio de su música.
Creo que Chet le ganó la partida a Miles en mi. Tiene un sentido del relato en el sonido de la tristeza único. Ya no digo cuando canta. Sabiendo uno que sus dientes no son originales que los tuvo que adaptar a su sonido cuando perdió los otros en una pelea. Nadie canta tan bien la tristeza que es tan dueña de todos como esa alegría falsa de imponerse felices fiestas por decreto cada fin de año hasta que amenece un lunes laboral.
Nadie es Chet, que es capaz de comenzar a cantar en "Almost Blues" en el minuto 5.10 segundos en una cancion de 8 minutos.
  

Padre e hija dibujados por Maya. Retratos de enero 2017.

Lo bueno de tener una niña creativa es que va dejando huella, a mi que me encanta recogerlas para escribir el árbol de la vida que soy, mi tesoro de niña me va dando motivos para escribir cada momento que vivimos juntos.
Este  look es nuevo en ambos. Yo llevo una boina, y ella también, ambas las compré en Montmartre, París yendo con mi sobrino tras desayunar en el mismo  barrio que pude enseñarle a él con la calma del invierno y niebla que hace una escenografía especial en esta ciudad.
A mi la calidad de los dibujos no soy capaz de cuestionarla, si el hecho de que ella se empeñe de tejer una nueva memoria en nuestros cambios de look´s juntos. Eso es más poderoso que el verdadero arte. La empatía del tejido de esa propia felicidad que vivimos con elementos tan sencillos como un boli azul, una libreta y un mar de amor.








nota
New Look es un término de 1947.

Christian Dior debuta en el salón de la Av. Montaigne con una colección de Alta Costura. Carmel Snow, periodista de Harper’s Bazaar, escribe al respecto: “Es una revolución” y emplea el término "New Look". La prensa se apropia de la expresión.