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lunes, 2 de octubre de 2017

Ayer, (1-O) voté en un referéndum ilegal en Barcelona con mi hija.

Ayer no tenía intención de votar en el referéndum. Primero porque ya estaba anulado desde hacía días,  la votación y la Ley de Transitoriadad del Parlament. Y Rajoy y todo el gobierno se habían cansado de explicar que la votación no valía para nada, además de enfatizar que no habría referéndum y cada vez que encautaban papeletas o urnas plásticas en diferentes puntos de catalunya  salían en procesión  en las noticias la vicepresidenta al estilo de cuando  incautan un alijo de drogas en el sur de Andalucia, y  la asumían como una gran victoria.
Mientras desde el Govern, habían planeado las estrategias de votar, escondiendo papeletas e  urnas como una partida de ajedrez. Con secretismo y coches aparcados días antes en puntos cercanos a los lugares de votación. Con cientos de miles de voluntarios que no dudaron en dedicar su tiempo libre a organizar esto. Puigdemont y Junqueras siempre se les vio seguro repetir " votarem.
La tensión había subido en la ciudad   desde la detención del segundo encargado de economía de la Generalitat bajo el mando de Junqueras; los catalanes  hacían caceroladas a las 22: 00h cada día,  a las calles y a los balcones.
No obstante, el principal motivo de no ir a votar, era que tenía a mi hija de 9 años y no quería exponerla algún tipo de violencia. Ya en la ciudad habían alrededor de 8 mil policias y Guardia Civil de toda España para impedir este referéndum. Sin olvidar que mi ex,  me había llamado para decirme que no llevara a mi hija, o se la dejara si yo quería ir a votar. Pensé, se cree realmente que le haré caso. En fin.
Pese a lo anterior. Cuando preparaba el desayuno de mi hija temprano y veía en  el Ipad los diferentes colegios electorales votando o esperando votar.
Empezaron a transmitir en La SeXta noticias, una cadena que hizo un programa especial para cubrir el referéndum todo el día, las cargas policiales en diferentes colegios elegidos estratégicamente. Donde debía votar Piugdemont, Junqueras o Forcadell.
Éstos terminaron votando en otros colegios,  pero entre las 08 horas y las 11 00 horas, las cargas policiales dejaron imágenes muy violentas de patadas, empujones y heridos de sangre; esto  y no otra cosa, me hizo ser solidario con mis vecinos de hace 17 años, e irme a votar a un colegio en el barrio de Paralelo. Rosa, mi amiga,  me había explicado que en este colegio ella votaba y hasta ahora no habían cargas policiales  allí.
Hubo otros incentivos para salir a votar,  como cuando la vicepresidenta salió en el telediario de las 15: 00h, negando las cargas policiales y hablando de " proporcionalidad"  de la Guardia Civil, pero lo más vil, era decir en cámara que el referéndum no se había realizado, cuando más de mil medios de comunicación estaban transmitiendo en vivo todo lo sucedido.
Recuerdo que mientras hacía la cola para votar con mi hija pensaba, en cuando ella fuera mayor y saliera a manifestarse pacíficamente y las fuerzas del gobierno la reprimieran.  Sentí que yo sería culpable y cómplice de no haber salido ayer a votar, no por la independencia o la continuidad de Catalunya en  España; sino por defender la democracia y sus libertades.
Para las 18 00 horas, cuando voté,  no exento de miedo interior y exterior, sentí una tranquilidad y una extraña paz. Sabía que no solo había vivido un momento histórico por el azar de coincidir en lugar y tiempo con esta historia. Sino que votando también había participado en ella con mi hija. Y esto era algo que ella y yo tendríamos para siempre.