No es el mito griego del eterno retorno, de que el mundo desaparece y se crea uno idéntico, en Cuba nada se destruye y se vuelve a crear, todo sigue igual y se repite hasta el hastío, esa circunstancia del agua por todas partes de la que hablaba Virgilio Piñera, y quizás hace que todo sea lo mismo.
Todo sigue igual en el curso de un río dictatorial de los Castro. En Cuba parecen reafirmar el culto del eterno retorno también muy cerca de Mircea Eliade, o sea, un proceso no espontáneo dirigido por el comportamiento humano a través del rito y por supuesto del mito sagrado de la Revolución, aplicado a este caso.
Para completar este post me gustaría que escucharan a la negra, Mercedes Sosa, en Todo Cambia, y vieran este vídeo del Panthéon de Paris.
foto arkolano: Péndulo de Foucault del CosmoCaixa, Barcelona
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