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sábado, 19 de octubre de 2013

Gloria Estefan hizo de Mi tierra, la canción hispana del exilio.

La cubana más universal, Gloria Estefan está en España este otoño del 2013,  promocionando su último disco de versiones. No es un sacrilegio y sí un buen pretexto para recordar un hito insuperable en su carrera como intérprete. El disco y la canción, Mi tierra.

Autor de Mi tierra.
El 28 de mayo del 2012, el autor de  Mi tierra,  Estéfano (Fabio Alonso Delgado), volvió a ofrecer una entrevista al canal Univisión, después de los disparos que recibió en Miami (mayo 2007), que lo llevaron al borde de la muerte. 
Él escribió esta canción en 1991,  después de llegar a esa ciudad desde su  Colombia natal,  y fue el comienzo de una carrera imparable para su obra, impulsada por el éxito de Gloria Estefan con su disco.  No está mal recordar el origen del gran boom en el mundo occidental de la música cubana en los años noventa.

Los hechos y el boom de la música cubana en los años noventa desde Miami.

Toda la maquinaria promocional de los años noventa con la música cubana, se armó, en Miami, gracias a Emilio y Gloria Estefan. Basta para demostrarlo la grabación de Mi tierra, en 1993. Allí, con Juanito Marqués en los arreglos, entre otras glorias de la música cubana, se recupera para el mundo a Israel Cachao López, quien desde hacía unos años amenizaba fiestas y no grababa de manera seria. 
Este disco fue Grammy ese año, suceso que coge desprevenido al mercado estadounidense. Mi tierra le dio la vuelta al mundo, barrió literalmente en las listas de hits de todo el planeta y Estefan como director-productor aprovechó muy bien el filón y organizó una gira mundial con Gloria, en la que se escuchan los sonidos de rumbas, boleros, mambos, guarachas y guajiras auténticos, con solos magistrales de Arturo Sandoval, Paquito D' Rivera y del propio Cachao.
Dos años después, en 1995, Gloria Estefan todavía recogía esos frutos y ganaba otro Grammy con Abriendo puertas. En ese mismo año, Cachao gana este premio en la categoría de jazz con su disco Masters Sessions. Volumen II y la Academia crea la categoría de Jazz Latino, reconociendo por primera vez la labor que comenzaran cincuenta años antes Mario Bauzá y otros destacados músicos que se propusieron fusionar la música afrocubana con el jazz norteamericano.
El primero en ganar el premio en la estrenada categoría fue Arturo Sandoval con su disco 
Danzón, Dance On. La saga de éxitos no para y, en 1996, Paquito D' Rivera se lleva el suyo con Portraits of Cuba.
Estos discos, antecedentes directos de Buena Vista Social Club y Calle 54 tienen en común el sonido cubano, el intento de poner las cosas en su lugar, dar al público la verdadera resonancia de nuestra tierra, dada principalmente por el contrabajo, cuya síncopa en nuestra música también se llama tumbao
El uso del contrabajo en la música popular se remonta a 1870 en las orquestas típicas para tocar danzón y, a partir de 1923, en las que interpretaban el son. En Estados Unidos este instrumento sólo se usó entre los intérpretes del jazz a partir de 1925.
Somos una escuela única de ese instrumento en la música popular. El secreto lo tuvo bien guardado por años Cachao, quien tocó en La Habana a finales de los años 20 y 30, se lo llevó a EE UU y lo ha puesto a nuestra disposición en cuatro discos fundamentales de los años noventa: Mi Tierra, Masters Sessions. Volumen I y II; Buena Vista Social Club y Calle 54.
Esta avalancha de danzones, mambos, chachachás, rumbas, boleros y guajiras que produjeron los Estefan surgió como reacción natural de los músicos cubanos radicados en Estados Unidos a los imperios comerciales que había creado la salsa desde Nueva York. Gloria Estefan, Emilio, Cachao, Juanito Marqués, Paquito y Sandoval se marcharon de Cuba para no volver. Todos son músicos exiliados que tienen que convivir con el éxito comercial de la salsa y sus variantes melosas de salsa merengue y salsa erótica que dicen mucho de la decadencia de este género, después de haber brillado con el sonido de la Fania all Star, Rubén Blades y Willy Colón en los 80 y Celia Cruz en la década anterior.
Ningún disco de estos músicos emigrados se comercializa ni se conoce en la Isla, tampoco sus vídeos y películas. Quizás el grado de ignorancia más alto se plantea cuando se dice que el éxito de los Estefan es puro dinero. No se recuerda que sin la RCA Victor de México nunca Pérez Prado hubiese vendido cuatro millones de copias. Si vamos más atrás, El manisero, cantado por Antonio Machín y grabado en Nueva York, tampoco hubiese vendido un millón de copias en 1930. Ojalá se comience a reconocer, sin prejuicios políticos, el trabajo de los Estefan, como se ha visto reconocido el de Buena Vista Social Club y Calle 54.
Toda esta revolución musical debe llevar al conocimiento de otros géneros de nuestra música como la timba o hipersalsa, el rock cubano y el jazz al estilo de Gonzalo Rubalcaba o Emiliano Salvador y la música clásica, tanto de compositores como intérpretes, para que sean el nuevo caldo de cultivo que se desvele a los consumidores de nuestros ritmos en el siglo XXI.

Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.
Pablo Naruda. Residencia en la Tierra.


"Este disco, en formato de cassete, lo llevó mi suegra a La Habana, en su primer viaje a Cuba después de quedarse, esa primera vez que baile esa canción en Villegas N 7, es imborrable, y no me había ido del país"...Arsenio Rodríguez Quintana.

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