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sábado, 21 de julio de 2012

Presentación de la novela: Me quedo con la Cabra de Félix Rueda

















Una de las suertes que tiene escribir, es abrir cierta luz en el camino de obras que hacen otros, ya sea en forma literaria, musical, fotográfica  o en forma de vida. En los últimos diez años viviendo en Europa, he podido escribir una introducción del Quijote en Barcelona,  para la editorial Linkgua o recientemente,  un texto, traducido al francés, para un catálogo de fotos de Sarah Caron. Hace unos días, me tocó  presentar la novela: Me quedo con la cabra, de Félix Rueda en el barrio donde nació, Poble Nou, un gusto innombrable, quizás porque corona una amistad de diez años de charlas literarias.
El argumento de esta novela trata sobre un economista, Martí, quien luego de alcanzar cierto éxito material y social en una empresa extranjera (The Trust Economy, una empresa americana de asesoría inversora y análisis económico) que se instala  en la ciudad de Barcelona, en los inicios de la democracia española, decide marcharse al campo y convertirse en pagès  (campesino), carpintero y escritor. Se compra una masía en l´Empordà,  justo en el macizo de Albera, en los Pirineos Orientales. Se marcha, según sus palabras, porque "estaba en la cima, pero también, al borde del abismo."
Su autor, Félix Rueda (doctor en biología y ha dedicado su vida a la investigación biomédica en paralelo a la literatura) nos cuenta una historia de exorcismo personal, donde el personaje intenta hallar la pureza de sus ideales nacidos en la adolescencia y la universidad en un entorno idílico a nivel geográfico (la masía) pero su cuerpo ha pasado por una experiencia de vida, trae deformaciones y una historia personal de urbanita de éxitos y deseos. Su comportamiento en el campo no llega a ser el de un monje.
Desde su exilio personal, parecido a todos los exilios, intenta sublimar su vida anterior para que no interfiera demasiado en su presente. 
La novela comienza en Puig de la Llosa, a 2509 metros sobre el nivel del mar, y desciende durante los 24 capítulos, hasta su más tierna infancia, en las calles de Poble Nou, en la Barcelona de los años 50...
Cito:
Editorial Atlantis,  Madrid., 2012
"el miedo estaba instalado en todas las casas, te lo servían con el escaso desayuno, con los escasos garbanzos en potajes de los almuerzos y con las escasas sobras que llegaban a la cena"
Difícil, según mi criterio, encontrar mejor definición del franquismo. A través de la metáfora del miedo. Si unimos este párrafo con otro... En la misma pagina:
"estaban rodeados de las porquerías de las industrias textiles y el metal, y aislados de la Barcelona imaginaria, por las vías del ferrocarril, por el mar inalcanzable y por los campos marginales del suburbio"
Esta visión de la infancia coincide plenamente con el concepto de mal y miedo que los gobiernos totalitarios imponen, según Zygmunt Bauman:
"Mal y miedo son gemelos siameses.Es imposible encontrarse con uno sin encontrarse al mismo tiempo con el otro. Quizás sean, incluso, dos nombres
distintos para una misma experiencia: uno de ellos se refiere a lo que vemos u oímos y el otro a lo que sentimos, uno apunta al exterior, y el otro al interior, hacia dentro de cada uno de nosotros.  Lo que tenemos es malo, lo que es malo nos produce temor."

LENGUAJE Y ESTRUCTURA
Félix recurre a un lenguaje divertido y ágil, donde el diálogo constante entre los personajes hace que la historia fluya similar a un río cuando lo bajas en balsa buscando la costa. Nunca el discurso carece de anécdotas humorísticas o de situaciones picarescas.
La novela tiene 24 capítulos, como cerrando el ciclo de un día.
De los cuales 12, corresponden a la actualidad del personaje, Martí, contextualizados en el entorno rural, alimentados con las conversaciones con su amigo Roberto, quien representa el pasado de Martí en Barcelona y le sirve como confesor psicoanalista para incendiar las muchas fallas, como malos archivos temporales de internet, que se les fueron metiendo dentro durante su paso por el "infierno", donde cayó en las redes del consumo despiadado, donde, no queda dudas,buscaba también unos ideales que no encontró.
Los restantes capítulos son la infancia y juventud universitaria de Martí, funcionando como balance, equilibrio y contrapeso de los Diálogos de la Masía. Éstos sirven para la reflexión sobre su vida en la ciudad, y lo que busca en su nuevo entorno, lo rural, pero también marcado por la cultura donde las iglesias románicas son el entorno natural y escenografía perfecta para el arte culinario de la zona: desayunan pan con tomate, setas, butifarras blancas, vino tinto y café fuerte, mientras Roberto necesita una raya de coca para animarse, otra metáfora que demuestra bien los contrastes de vida de uno y otro.
La biografía de Martí ilustra la procedencia del personaje, barrio obrero y miseria de la postguerra española en Barcelona  y, quizá, el porqué busque en el campo la pureza que una vez encontró en los estudios, que lo hicieron sacudirse de toda la pobreza del barrio, ilusionándose en que el campo actuara como otra limpieza, buscando: "el muchacho de izquierdas que ya no era de izquierdas, el poeta que ya no escribía, el romántico y sensible jovencito que se había endurecido en la dura batalla por el éxito social."
Félix introduce cuentos eróticos, escritos por Martí y que están esparcidos por toda la novela. Siempre parte de dos personajes, Fernando y Matilde, una pareja, que a modo de diálogos de Woody Allen, nos cuentan su búsqueda de la sexualidad en una España postfranquista: se desnudan, prueban la felación, la penetración anal, todo con cierta ingenuidad y morbo adolescente que contrasta mucho con la edad de éstos, introduciendo otro discurso dentro de toda la obra. No son el único elemento erótico, también hace un velado homenaje a la Lolita, de Nabokov, con el personaje de Nati.
Solo me queda animar a la lectura de esta obra, porque muchos  de los que nos hemos  tenido que marchar de tantos lugares  para otros  lugares ya sea por las crisis, por las dictaduras o por los errores personales de vida, se sentirán identificados con Martí,  que no es un perdedor sino que elige vivir la vida que lleva dentro y puede no coincidir con el concepto del éxito que prime en el exterior. Eso es lo más difícil, un poeta cubano lo definió así: "solo lo difícil es estimulante."·


 No podíem trobar un lloc millor per fer la 2ª presentació de “Me quedo con la cabra” que el barri del Poble Nou de Barcelona, on va nèixer l’autor. El dimecres 11 de juliol, al Casal del Barri del Poble Nou acompanyats de l’Arsenio Rodríguez, escriptor cubà, van poder conèixer d’aprop la trama de la novel·la"

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