Este poema visual Coit, de Joan Brossa, demuestra que la sencillez puede ser creativa sin necesidad de cargar de imágenes el mensaje. También que el erotismo habita en las letras, algo obvio, pero también entre las letras.
En una primera lectura, parece una pareja hetero sexual donde la erre fálica penetra una p pasiva inversa. Si el lector se fija, podrían ser dos erres, una sobre la otra, el trazo diagonal de la letra pudiera parecer un pene de uno u otro y todos pensaríamos que es una relación entre hombres, no obstante, también pudieran ser dos chicas, y la letra usada dejaría de
ser erre, para ser dos pes... Y el trazo que las une podría ser un consolador con dos escrotos de ida y vuelta.
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