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domingo, 14 de diciembre de 2014

Alejandro Dumas me recomendó la sopa de cebolla en París.



El título de este post, es pedante. Intenta impactar al lector desde el inicio. Ese no es mi tema, aunque es mi post. Además, es falso. Es cierto que lo leí en Los Tres Mosqueteros, pero esa novela cuando llegué a París fue en lo último que pensé, debo confesar que estaba más interesado o tenía más presente los poetas como Lamartine que Dumas. Ese título  de este post es un tipo de pedantería que no quisiera cultivar en este blog y me encantaría que cuando se me vean cosas así me las dijeran sin problema.
En fin, fue Sarah Caron, Roberto y Odette Manchón, quienes me acogieron en sus nidos en mi primer París, fueron éstos los que me indujeron a que comiera comida tradicional francesa, cuando les dije que la sopa me encantaba me señalaron un sitio en el mapa, en el mismo barrio latino  donde algunos señalan que también lo hizo Julio CORTÁZAR. No se equivocaron, pues he repetido en la decena de veces que he vuelto ha París en los últimos quince años. Tomar sopa, comer caracoles de Borgoña (rellenos de mantequilla ajo y perejil) y visitar la tumba de Odette  en el barrio XV, es una ritual de cada visita, es un eje esencial del nacimiento de mi paladar en Europa.
Debo decir, que igual o mejor que esta sopa la tomé con mi hija en Praga, toda ella metida en un pan duro... Pero ese será otro post.
Por suerte esta niña que me deja parte de su alma para que viva, me pidió que le hiciera sopa de Galet. En eso salió a mi.


Sopa de cebolla a la francesa”, una receta exquisita, tradicional y básica en cualquier cocina que se precie. Un plato delicioso y sencillo que puede ser un primer plato en Navidad o plato único. Esta sopa tiene una gran historia, según el escritor de “Los tres mosqueteros”, el francés Alexandre Dumas, era “una sopa muy querida de los cazadores, gente de mala vida y venerada por los borrachos”. Como veis una receta económica del pueblo aunque fue Estanislao Leczinski, antiguo rey de Polonia y apasionado de la gastronomía, el que descubrió esta sopa tradicional en una fonda francesa y tanto le gustó su sabor delicado que no paró hasta hacerse con la receta. Desde ese momento adquirió fama y popularidad en la corte y más tarde se convirtió en el plato obligado con el que terminaban las juergas nocturnas parisinas, de ahí la cita de Dumas.



–Sírveme un poco de té –susurró. Él levantó la taza y se la tendió. –De tu boca.
Yasunari Kawabata.


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3 comentarios:

  1. Se suele comer la sopa de cebolla por la mañana temprano después de una fiesta y compartirla con los amigos...o también la costumbre queria que la llevaramos a los recién casados durante su noche de boda...
    Liza del Mar

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  2. En mi pueblo la costumbre era llevar esta sopa a los recién casados durante su noche de boda, y despertarlos si acaso estarian durmiendo...para seguir haciendo la fiesta con ellos y pasar otro buen momento con los amigos mas intimos... Ademas de tener muchas virtudes la cebolla para la salud, habria que preguntarle a Aphrodite si acaso le gusta !
    LIZA mar

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  3. Frente al Alcázar de Colón, en la Plaza España de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, hay un restaurant llamado Rita Café donde preparan una sopa de cebolla con queso gratinado exquisita . Como anécdota les cuento; que en una ocasión invite a Sergio Vargas a probarla, Sergio se sentía un poco disfonico de la garganta, se tomó la sopa acompañada de unos panecillos y se fue a realizar su show, al día siguiente me llamo para confesarme que aquella sopa le mejoro sus condiciones vocales, porque canto toda la noche sin dificultad, después de eso me invito en varias ocasiones al mismo lugar para repetirla.

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