Los diálogos cruzados de la mesa de la comida en mi trabajo tras la Semana Santa arde en historias varias. Hoy Laura se adjudicó el prota con un sobao pasiego que nos trajo de Cantabria que se deshizo en mi paladar, antes en mi lengua. Yo y muchos estamos adaptados a los sobaos del supermercado, pero cuando te traen uno original o natural, te das cuenta que los mercados tradicionales no deberían desaparecer jamás. Este en especial tenía el punto de la mantequilla como mismo lo tiene un cruasán francés, original. Mi cultura de los dulces tradicionales en Europa es cierto que comenzó con el refinamiento de las tiendas que ví cuando llegué a París, pero para ser sincero, una mañana que recogía olivas en Lucena, Córdoba en el 2001, la mujer del encargado de la faena trajo un pastel de manzanas hecho en su casa que me cambió para siempre el paladar.
Del sobao pasamos a el pueblo de Lérido la Coma i la Pedra, donde Nuria va de vacaciones y en su cementerio todas las adolescentes ( Laura y yo pensamos que ella también) estrenan sus labios por vez primera y las personas mayores van a jugar las cartas. Su padre le ha dicho muchas veces que él desea que lo entierren allí pues descansar donde los adolescentes se besan por vez primera es algo maravilloso.
Laura retoma su roll, perdido por escasos segundos y cuenta que una amiga suya perdió la virginidad en la pared de una iglesia. Eso es más raro que besarse en los cementerios seguro, añadió... Nos reímos un rato y recordé otra anécdota de Laura... Nuria contó que en un viaje a la India vió cómo no enterraban a los muertos y los ponían bajo un árbol que absorbía todo el olor del cadáver...
Entre dulces y muertos pasamos a comentar la muerte del escritor colombiano Gabriel García Márquez, una ruta lógica y natural para su literatura. Nuria y yo hablamos sobre él, ya que Laura aún no conoce su literatura. Hoy he buscado Cien Años de soledad en muchas paradas de libros de la fiesta de San Jordi, y estaba agotado en todos los sitios, en realidad, en casi todas las mesas.
Ingredientes del sobao pasiego:
En su origen fue masa de pan, azúcar blanco y mantequilla. En el sobao pasiego antiguo se añadían dos huevos, una cáscara de limón rallada y el licor de anís o ron. El sobao moderno surgiría en el año 1896, cuando una cocinera del doctor Madrazo, Eusebia Hernández Martín, sustituyó la masa de pan por harina.
La zona donde comenzó la cultura del sobao pasiego se encuentra centrada en la denominada comarca del Pas, que abarca la zona delimitada por los ríos Pas y Pisueña y el área de influencia de dichos ríos. Estos territorios se encuentran situados en la zona centro de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Muy bueno. Qué rara debe de ser esta tal Laura que tiene amigas tan promiscuas y frescas...
ResponderEliminarMe das mucha envidia con este sobao...Espero que lo hayas disfrutado muchisimo.
Muchos besos y FELICIDADES por el post!!!!!