Audrey ante el escaparate
con un vestido de Givenchy
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Va vestida de salir al amanecer elegantísima, con collar de perlas brillantes sobre un escandaloso y sensual vestido negro con los hombros y media espalda afuera, que firma GIVENCHY y es el único responsable de dar sensualidad a esa extrema delgadez paradógicamente, en cambio, saca un cruasán de una bolsa fea de papel traza con la mano derecha que lleva un guante negro que le cubre casi hasta el hombro.
Mientras mira las joyas come ese cruasán y toma un café en un horrible plástico o cartón en forma de recipiente...
Camina lento de derecha a izquierda de la cámara para buscar la esquina. Suena de banda sonora Moon River en arreglo de pastosos violines elegida por Henry Mancini...
Todo es raro bello y de contraste en esta escena, es imposible que sólo haya un coche en la 5ta avenida en ese genial primer plano de la peli con los rascacielos cerrando el cielo en ángulo.
Que una mujer tan bella y elegante no se quité un guante para comerse un grasiento cruasán hace más contrastes esta escena, y para colmo cuando estuve ahí en esa esquina mítica, que casi todos nos hacemos una foto, supe una vez más que el cine es magia, y sólo esa magia hizo una genialidad con su delgadez extrema y maravillosa.
La bufanda blanca sólo sirve para hacer juego con la bolsa del cruasán y resalta el negro de ese vestido de GIVENCHY que es la sombra de Audry y un mito él solo.
No hay sol, ella todo lo ilumina todo con su sensualidad.
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