Diogo cantando.
Bueno cuando estas triste y te invitan a un concierto homenaje a Roberto Carlos sabes que vas a recordar desamores, sabes que puedes hundirte con sabor a Titanic, pero también sabes que has vivido como para poder morir. Estar vivo de forma creativa lleva implícito la licencia para sufrir...
Me gusta la música y las letras de Roberto Carlos porque quizás hace más de treinta años, nuestro universo social era aún más machista de lo que es hoy, él fue capaz -en esa época- de escribir o cantar letras como estas:
"por qué me arrastro a tus pies, por qué me doy tanto en Tí, y por qué no pido nunca, nada a cambio para mi. "
Con un guitarrista y un saxo tenor, Diogo, nacido en Brasil como los músicos de jazz que lo acompañan, nos dio una vuelta en portugués y castellano por las mejores canciones del compositor y cantante brasileño Roberto "Grande" Carlos . El público del Pipiolo Bar, en carrer Balmes, donde ofreció su homenaje, se sabían todas las canciones o la comenzaban a tararear no más escucharlas.
No sé si el saxofonista Stan Getz tocó con Roberto Carlos, pero Diogo se acerca al formato de Stan Getz y su manera de tocar cool jazz con samba. Una elección inteligente para proyectar la obra de este cantante con un formato instrumental de guitarra, saxo tenor, y voz y arreglos muy bien equilibrados para cada canción que no perdieron la esencia del original aunque trayéndolas sutilmente al verano del siglo XXI.
Roberto Carlos no fue un músico que elegí yo. Lo eligió una época de mi infancia donde como conté en otro post, acompañaba "por obligación matrialcal" a mis hermanas a sus fiestas adolescentes, para que no fueran solas a pesar de ser más pequeño. En Cuba le decían a estos acompañantes, chaperones, en España, "aguanta velas."
Prejuicios de la época que me consolidaron una melomanía especial y me sacaron de la gustosa cubanía del Pello del Afrocán y la Nueva Trova que imperaba en el ambiente.
De verdad se me hace raro estar escuchando a Roberto Carlos en castellano tan parecido a Roberto Carlos. A Diogo se le hace raro escucharse así mismo cantar en castellano canciones de su país que escuchó de pequeño en portugués. Claro, Roberto Carlos fue unos de los responsables de que estos temas lo escucháramos en castellano, pues él mismo los grabó en ambas lenguas con impacto descomunal en toda América y Europa.
Es la segunda vez que aterrizo en el Pipiolo Bar, la otra vez fue con el Boris Larramendi, y el público es de un refinamiento musical espléndido.
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