Hay muchas barcelonas. Cuesta años ir destejiendo con lupa esta ciudad rica de bellezas arquitectónicas más allá del popular modernismo.
Hace unos días descubrí un rincón único: Nou Barris, cuya Plaza Mayor cayendo la tarde me gustó sobremanera. ¿Sería la luz o el ladrillo velado? o ambas... o los tres libros que recogí allí de Luna Miguel de las manos o pétalos de una Rosa... no sé.
Más de un millón de libros ubicados y ordenados ahora en un antiguo manicomio que era este edificio, es dar cordura donde antes hubo alucinación y desatino.
No esta mal. Uno necesita cierta locura para estar en orden con la vida. Y si vives cuerdo y estas vivo; ya vendrá una locura a zarandearte bajo el suelo de la vida para que despiertes.
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