La cercanía, la intimidad, la luz interior con lámparas muy leves casi imitando más que luz eléctricas velas, hacen de este bar de copas en Gràcia un lugar diferente.
No hablaré de tener un primer encuentro allí con alguien que apenas conoces, eso es para mis amigos muy cercanos. Hablo del sonoro recibimiento interior de Bill Evans, (el saxofonista no el pianista) porque en medio de todas las virtudes, la música allí es jazz en todas sus variantes.
No sé si lo sabéis, pero yo no tengo sangre la mayor parte del día, tengo gran porción de blues y jazz fundida en sangre y si llego a un local con buena música y con un regalo de primavera que no esperaba, soy el personaje Toru Watanabe de la novela "Tokio Blues" del japonés Murakami.
No hablaré de tener un primer encuentro allí con alguien que apenas conoces, eso es para mis amigos muy cercanos. Hablo del sonoro recibimiento interior de Bill Evans, (el saxofonista no el pianista) porque en medio de todas las virtudes, la música allí es jazz en todas sus variantes.
No sé si lo sabéis, pero yo no tengo sangre la mayor parte del día, tengo gran porción de blues y jazz fundida en sangre y si llego a un local con buena música y con un regalo de primavera que no esperaba, soy el personaje Toru Watanabe de la novela "Tokio Blues" del japonés Murakami.
La novela que me leí en 2011 se desarrolla en Tokio, pero el tiene un club de jazz, y esta música allí donde se escuche con una piel enfrente, a menos de un metro, es la misma isla allí donde estés...
No hay comentarios:
Publicar un comentario