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viernes, 1 de enero de 2016

Paul Bowles: Mi casa es mi mundo. Frase emblema de cualquier exiliado.

Estoy pensado en la frase de Paul Bowles, Mi casa es mi mundo de su libro "El Cielo Protector," y escribo que esa frase debía ser el apotegma más citado y escrito por todos los exiliados y emigrantes del planeta, cuando se despierta Ana Häsler desde Girona por chat, y me responde, ya le había preguntado por Bowler antes....

"Si, lo conocí y tengo el inmenso privilegio de poder decir que la ultima salida que hizo en su vida fue para ir a mi concierto de 1998 en Tánger, un homenaje a Lorca donde cante sus 4 canciones lorquianas."

Ana es una biografía del siglo XX, andante, por su obra cantada, y por su biografía. No siempre coincide que alguien notable tenga una vida notable gracias a una familia. En su caso es un impacto, es un anillo mejor y superior en cada anécdota cantada o biografiada. 


" De regreso en la habitación, volvió a cerrar con llave y se acercó a la ventanita. De un tirón arrancó la sábana que la tapaba. El muro de afuera se teñía de rosa a medida que el sol iba cayendo en el cielo; el rosa llenó la habitación. En todo el tiempo que dedicó al equipaje no había mirado ninguna vez hacia el rincón. En aquel momento se arrodilló y miró la cara de Port de cerca, como si no la hubiera visto nunca. Apenas rozándole la piel, le pasó la mano por la frente con infinita delicadeza. Se inclinó más y apoyó los labios sobre sus cejas. Permaneció así un rato. La habitación se tiñó de rojo. Suavemente apoyó la mejilla en la almohada y le acarició el pelo. No derramó ninguna lágrima; era una despedida silenciosa. Un zumbido de extraña intensidad delante de ella le hizo abrir los ojos. Observo fascinada como dos moscas hacían el amor, breve y frenéticamente, sobre el labio inferior de Port."

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