Las torres de ladrillos o chimeneas industriales que puedes ver en Barcelona por los barrios de Sants, Paralelo, Poblenou son testigos vigías de la revolución industrial del siglo XIX en esta ciudad. Para usar una metáfora fácil seria "testigos fálicos" de una Barcelona sexual.
Broma literaria aparte. Tienen una belleza extraordinaria gracias a su piel cuadrícula o rectangular y hacen un contraste notable con su entorno inmediato. Que suele ser muy moderno y de arquitectura actualizada.
No hay ciudad europea que las tenga conservadas así, cuidadas y mimadas. Muchos edificios se han hecho con ellas dentro o muy cerca. Nunca se tiran.
Son parte de la singularalidad de esta ciudad mediterránea que carga con sus mitos que saben que la engrandecen.
Joan Miró en 1983 cuando hizo su escultura Mujer y pájaro que es un falo con evidencia, creo que también hacia un homenaje secreto a estos símbolos de Barcelona.
Mujer y Pájaro de Joan Miró. 1983. Plaza España. Barcelona.
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