Las fotos dejan huella de un suceso. Estas fueron hechas por Sonia Serrebao, Yaneys y yo mientras no toco.
Hace un año escribí un post sobre Mane que decía: "YO ADORO a Mane,"no soy el único, pero quizás sí el más continuo siguiendo su obra desde hace más de 14 años en casi todos los lugares donde canta en múltiples formatos. Luego, decía: "Ella construye un discurso víceral de amor y desamor en cada concierto, llegando siempre a cada uno de quien la escucha, se ayuda a sí misma para sobrevivir a las caídas y nos ayuda a vivir a nosotros con las nuestras."
Ayer, en la Sonora, y hace unos días en Absenta, en el Raval de Barcelona, he podido tocar con ella; hoy, no sé si fue la Luna, pero con "Morí-Viví, y Látigo de Sal," llegué a un clímax sentimental importante entre la emoción, la búsqueda y las pérdidas.
La diferencia, es que estaba con ella a menos de un metro sintiendo que el público acariciaba sus propios destrozos personales o memorias de felicidad.
La diferencia, es que estaba con ella a menos de un metro sintiendo que el público acariciaba sus propios destrozos personales o memorias de felicidad.
Llegaba una energía de retorno, excelente. Gracias Mane y Carlitos.
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