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miércoles, 4 de enero de 2017

Chet Baker le ganó la partida a Miles Davis en mi. Escucha Almost Blue.



Necesito una razón para escuchar a Miles. Chet, en cambio, me gana en su poderosa tristeza.  No me alienta vida desde los espacios que deja en el silencio de su música.
Creo que Chet le ganó la partida a Miles en mi. Tiene un sentido del relato en el sonido de la tristeza único. Ya no digo cuando canta. Sabiendo uno que sus dientes no son originales que los tuvo que adaptar a su sonido cuando perdió los otros en una pelea. Nadie canta tan bien la tristeza que es tan dueña de todos como esa alegría falsa de imponerse felices fiestas por decreto cada fin de año hasta que amenece un lunes laboral.
Nadie es Chet, que es capaz de comenzar a cantar en "Almost Blues" en el minuto 5.10 segundos en una cancion de 8 minutos.
  

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