Llevo muchos viajes a París, en realidad vuelvo. Llegué a París en 1999 de La Habana. Fue mi puerta a Europa. Y me asombro como un niño cada vuelta en los últimos 17 años. Montmartre tiene un encanto que va más allá de la memoria y el frío. Pasear con mi sobrino por aquí tras desayunar cerca es un lujo único.
Place du Tertre (cuya traducción es plaza de la colina) Era un lugar donde ahorcaban y exhibian las cabezas de los ajusticiados hace tres siglos. Luego a finales del siglo XIX pintores muy pobres se trasladaron a vivir muy cerca de aquí por los bajos precios y por la luz.
Renoir, Manet, Van Gogh, Toulouse Latrec, Picasso, Dalí y Modigliani, expusieron por aquí algunos de sus cuadros siendo jovenes y pobres. El primer estudio de Picasso en París (1900) que descubrí en 2005, está a menos de 500 metros. O sea, aquí no hay leyendas. Es historia del arte del siglo XX que te obliga a subir si estás de visita.
No obstante, hoy ninguno de ellos está y el encanto real de este lugar prevalece, quizás por su altura sobre la ciudad, y las perspectivas que muestra de París y de las cúpulas de la Iglesia de Saint Pierre de Montmartre, o las sombras blancas de las cúpulas de la Basílica del Sacre Coeur.
El video es corto pero mi memoria es larga por la felicidad que me genera estar en París con alguien que vi nacer en aquella isla: mi sobrino.
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