Uno, al menos yo, nunca he salido de
la Universidad, 'si la Universidad es la metáfora de un libro.' Es una frase
hecha que le repito a mi hija.
Es curioso, porque me gradué de
historia en La Habana yendo solo a examinar aquellos 42 créditos (asignaturas)
que me preparé una a una leyendo libros en todas las bibliotecas públicas y
municipales de La Habana. Si hubiese tenido que ir cinco años cada día,
olvídalo. Así la hice en tres años. Y oposité para trabajar en el Archivo
Nacional de Cuba, y gané una plaza.
Esta facultad en Barcelona le tengo
un cariño especial. Aquí estudió viniendo de Mallorca: el etnólogo cubano
Fernando Ortiz. Quizás uno de los investigadores más grandes de aquella isla
donde nací, que les dio sentido histórico a los estudios afrocubanos.
Cerca de aquí en Montaner 45, estuvo
la Editorial Linkgua. Mi primer trabajo en Barcelona, y la cercanía con mi
amigo Radamés Molina.
Hay algo de esta Universidad que me recuerda
aquella isla. No es físico, quizás se parece demasiado al conocimiento.
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