Hay una forma de mirar que es amor. Hay otra que es deseo. Ambas se deben a la complicidad que genera en ambos un fluido de líquidos de sus cuerpos desnudos.
Da igual que haya público. La complicidad les deshinibe. Te pone tonto. Te vuelve inocente y sobre todo vulnerable. Más que todo eso te encierra en un círculo donde solo la existencia de algún olor o sabor te hace desconectar del resto y a su vez adicto a esa presencia hecha carne.
He aquí dos actores. Él me deslumbró haciendo de 'Ray Charles' en un filme. Ídolo musical de mi vida no solo con "Georgia in my my". También con la última de Quentin Tarantino ' Django' cuyo post escrito sobre ella fue uno de los más leídos hasta octubre de 2017.
Ella siempre la he visto más bien sosa. La mujer de. La novia de. No recuerdo ninguna peli de ella que pueda citar de memoria. Pero les aseguro seguidores y amigos, que ya estoy enamorado de esta mujer por el maravilloso descaro ilusionador con que mira a su amante.
Y porque sé, que cuando alguien te mira así, lo que está recordando ante todo el público que le está mirando. Es la forma bestial en que ese 'tigre' ha tratado su cuerpo. No hace falta que diga una palabra.
me encanta esa mirada,gracias por compartir
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