El Focsa era el edificio más emblemático de la calle 17 donde yo nací en La Habana. Nunca pensé que una foto suya vista en invierno en Barcelona una reseña en internet sobre un fotógrafo, terminaría abrazado a esa nostalgia de hormigón color verde aqua.
En los bajos del Focsa de niño fue al teatro Guiñol, de joven entrado en la adolescencia ví tocar el pieno en el club "Scherezada" a un ciego, Frank Emilio sin ser aún, un gran conocedor de latín jazz. Yo fui allí más a besar y tocar a mi novia de turno que a escuchar esa música que hoy es mi ADN.
En ese edificio tuve enamoradas y novias y justo al frente, comí muchas veces en El restaurante conejito.
Nunca viví en el Focsa, pero mi vida estaba construida en su entorno.
Falta muy poco para estar 20 años sin verlo en vivo. Aferrarme a su memoria, es mi única opción.
Nunca viví en el Focsa, pero mi vida estaba construida en su entorno.
Falta muy poco para estar 20 años sin verlo en vivo. Aferrarme a su memoria, es mi única opción.
"Me fui a encontrar a Vivian tres horas más tarde al Focsa. Cuando entré el portero ya venía hacia mí, pero ...pag 78. Novela 'Tres Tristes Tigres.' Guillermo Cabrera Infante.
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