Las autoridades belgas han remitido un escrito a Llarena pidiendo una serie de aclaraciones respecto a la orden europea de detención remitida respecto de los exconseller Lluis Puig, Antoni Comín y Maritxell Serret. Pide que explique si la petición de entrega es sobre los hechos relatados en el auto de procesamiento o sólo por los delitos por los que él les reclama.
Es decir, en el caso de Puig y Serret únicamente están procesados por el delito de desobediencia -que no lleva aparejada penal de prisión- y otro de malversación de caudales públicos. En el caso de Comín sí está procesado por un delito de rebelión.
En el escrito remitido por el fiscal belga, y al que ha tenido acceso este diario (La Vanguardia) se pone sobre aviso de que si únicamente se les reclama por los delitos específicos por los que se les reclama, ni Serret ni Puig serán entregados por el delito de desobediencia porque en Bélgica no es delito y por tanto no se cumple el requisito de doble incriminación.
Rechaza el delito de “corrupción”
En el formulario, Llarena también apuntó el delito genérico de “corrupción”. “A pesar de la diferente interpretación que pueda darse a este concepto de acuerdo con la legislación española, el delito genérico de ‘corrupción’ no puede constituir la base para la entrega. Esta calificación de hecho delictivo, en efecto, claramente no es aplicable según el Derecho belga, incluso de manera genérica”.
Por esta razón, el fiscal añade en su carta a Llarena: “En este momento, no podemos determinar el alcance de la entrega solicitada por España. Es necesario recordar que el principio de especialidad implica que nuestro tribunal puede determinar de manera precisa sobre qué base serían entregados los sospechosos y que la defensa puede verificar en procedimientos subsiguientes si la protección otorgada por el principio de especialidad ha sido respetada. Así pues, necesitamos sus respuestas a nuestras preguntas a fin de determinar nuestro punto de vista, que someteremos al tribunal para su consideración”. Texto extraído de La Vanguardia.08.05.2018
Es decir, en el caso de Puig y Serret únicamente están procesados por el delito de desobediencia -que no lleva aparejada penal de prisión- y otro de malversación de caudales públicos. En el caso de Comín sí está procesado por un delito de rebelión.
En el escrito remitido por el fiscal belga, y al que ha tenido acceso este diario (La Vanguardia) se pone sobre aviso de que si únicamente se les reclama por los delitos específicos por los que se les reclama, ni Serret ni Puig serán entregados por el delito de desobediencia porque en Bélgica no es delito y por tanto no se cumple el requisito de doble incriminación.
Rechaza el delito de “corrupción”
En el formulario, Llarena también apuntó el delito genérico de “corrupción”. “A pesar de la diferente interpretación que pueda darse a este concepto de acuerdo con la legislación española, el delito genérico de ‘corrupción’ no puede constituir la base para la entrega. Esta calificación de hecho delictivo, en efecto, claramente no es aplicable según el Derecho belga, incluso de manera genérica”.
Por esta razón, el fiscal añade en su carta a Llarena: “En este momento, no podemos determinar el alcance de la entrega solicitada por España. Es necesario recordar que el principio de especialidad implica que nuestro tribunal puede determinar de manera precisa sobre qué base serían entregados los sospechosos y que la defensa puede verificar en procedimientos subsiguientes si la protección otorgada por el principio de especialidad ha sido respetada. Así pues, necesitamos sus respuestas a nuestras preguntas a fin de determinar nuestro punto de vista, que someteremos al tribunal para su consideración”. Texto extraído de La Vanguardia.08.05.2018
Yo me pregunto: ¿Hasta cuándo va durar esta comedia infame cuando hay gente en prisión y familias enteras esperando que se aclare este despropósito?
No me extraña que según el Real Instituto el Cano señala que la imagen de España sigue a la baja tras la crisis catalana. La opinión pública internacional cuestiona cada vez más la calidad de la democracia española. Según pag 11 de este mismo diario en otro artículo.
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