El título es una variante de un verso de Max Jacob...
Ha muerto en mi exilio, 19 años, seres muy queridos a los que piensas cuando te vas, que estabas preparado para perder.
Hoy hay eclipse de Luna Roja, no la veré con mi hija, tampoco con mi padrastro, Orlando Reyes Sogo que su Alzahimer no dejará reconocerme.
El eclipse no me ha puesto triste. Soy negro, eclipse en sí y en el exilio soy un miembro oscuro de la familia que no ha vuelto nunca aquella isla.
Quizás porque la malicia cultural e intelectual me ha hecho cambiar los frijoles negros y el congrí cubano por el risotto nero que comí en Prato, Florencia. Y el mojo de la yuca, por el pesto. Y sobre todo la natilla quemada de mi tía Lala; por la crema catalana aquí en Catalunya, que es su origen.
He sustituido el olor nauseabundo y seductor de La bahía de La Habana Vieja donde viví 7 años, por un olor similar que encontré en Venecia.
He renacido cuando comí tasajo en el Palacio de los Jugos (zumos) en Miami, que antes solo comía en los carnavales de La Habana. Cambié mientras vivía en Andalucía, Sevilla, el malecón de Cádiz por el habanero.
He aprendido a sustituir. Pero hay días en vísperas de Luna Roja que no te valen las sustituciones cuando escuchas a Michel Petruchiani en un cd sabiendo que no puedes sustituir a Gonzalo Rubalcaba cuando lo veías a tres metros de ti en La Habana. Por eso pongo un yambú 'Sambale' de Ignacio Piñeiro. Que canta 'Mario Drake' CHABALONGA y toca el quinto 'Aspirina.' Nadie sustituye eso.
Puedes sobrevivir sustituyendo cosas. Pero cómo puedes sustituir vida. Cómo puedo sustituir el pánico de saber que mi padrastro ya nunca va a volver reconocerme en vida cuando se convirtió en mi padre en contra de mi voluntad y a favor del cariño.
Su cara fue la última que ví cuando fui al ejército en un autobus infernal. Sus palabras sobre qué era aquel gobierno fueron la Biblia de mi existencia anticastrista.
Antes sabía, o creía tener la fórmula de frenar la nostalgia. Mientras pasa más tiempo piensas menos en ella, pero los momentos en que piensas son grietas.
Todo por volver a escuchar música estéreo y no digital mientras llega la Luna.
No Arsenio, la vida no se sustituye. Se nos queda dentro, nos ensena y nos acompaña.
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