Ayer llegamos a la guardería de nuestra hija y estaba nevando, Tibidabo y Parque Güell semipoblados de copos. La nieve tiene la capacidad de sorprenderme siempre como algunos versos extraordinarios que le leído durante años y sé de memoria: "el hambre es un incendio frío" Neruda; "la poesía es un caracol nocturno en un rectángulo de agua", Lezama; "Nos ha dejado espléndidas metáforas y una doctrina del perdón que puede anular el pasado", Borges.
No digo con esto que ver nevar siempre sea poético, depende de cómo vaya el ángulo de sombra en que esté tu vida, si duermes en pareja o en silencio; si tu relación laboral es normal..., la temperatura de tus frustraciones… No obstante, es un hecho que sobrecoge la vista.
El cielo se pone gris, los copos caen con una melodía que se antoja sagrada y van danzando en una armonía que visto en silencio asusta... ¿quién podrá ponerlas de acuerdo?¿quién podrá convencer a cada copo de que su misión es caer danzando y derretirse para morir, un suicidio colectivo que dura solo el tiempo de la caída?
foto: Pareja anónima que envió esta foto ayer al periódico 20 minutos bcn.
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ResponderEliminarTe sigo por tu blog, al que estoy suscrito. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarUn abrazo,
Felipe Lázaro
http://ebetania.wordpress.com
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