En estas fotos estoy en lugares entrañables -para mí- de París. El primero ante una entrada de metro, Chatelet, que me fascina por la sensualidad femenina de sus formas, aunque su traducción sea tan masculina como castillo; en la segunda, ante la estatua del poeta Jean Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, 20 de octubre de 1854 – Marsella, 10 de noviembre de 1891). Ante el poeta recuerdo el arranque magistral de la novela La nada cotidiana de Zoé Valdés ..."Ella viene de una isla que quiso construir el paraíso. El fuego de sus ojos casi siempre húmedos, la boca suplicante como la de una estatua de bronce, la nariz afilada." En este viaje venía con el teléfono de Zoé para verla y preguntarle en que estaba pensando hace 20 años cuando la escribió, seguro se acuerda, pero nuestra conversación que no pudo ser esta vez, comenzaba así, después de volver a leer esta notable novela en Europa, la primera lectura fue en La Habana Vieja muy cerca de donde ella vivió. Tengo su número y sé que nuestro encuentro será un día no muy lejos, en alguna ciudad real o invisible.
La última foto que cuelgo aquí antes de varios post de este viaje, es ante un espejo en un mercado de antigüedades en el barrio IX. Así estamos siempre antes nuestros recuerdos...
Hace tres años no volvía a París
París vista a través de sus carteles
Arte en las calles de París
Shakespeare and Company una tienda de libros en París
Retorno al aeropuerto de Orly 13 años después. La Habana, 1999.
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