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lunes, 1 de abril de 2013
Convergencia, una canción única.../Melomanías
(Convergencia por Pablo Milanés, escuchar las improvisaciones de Emiliano)
"Aurora de rosa en amanecer,/ nota melosa que gimió el violín,/ novelesco insomnio do vivió el amor,/ así eres tú mujer,/ principio y fin de la ilusión,/ así eres tú de inspiración".
Cuando entreviste a Compay Segundo en febrero de 1997, a propósito de su cumpleaños 90, nos habló de muchos músicos con los que había tocado: Matamoros, Ñico Saquito, Arsenio Rodríguez y un tal Rapindey, alias que yo desconocía. Textualmente dijo: "Yo vi a Rapindey en el primer viaje a España y ahora, cuando llegué en el segundo, me enteré que se había muerto". Busqué al músico que se escondía tras ese alias y nunca lo encontré.
En cambio, años antes había visto cantar en vivo a Miguelito Cuní, a dúo con Pablo Milanés, y entonaban "Convergencia" en un concierto en el Karlos Marx por los 22 años de vida artística de éste último. Fue la única vez que vi a Cuní en persona, pero aun siento su voz en aquel memorable arreglo.
Luego supe que uno de los autores de la canción, Marcelino Guerra, había muerto en España, y que el tema no era su único aporte a nuestra música, aunque, si sólo hubiese hecho el mencionado –con Bienvenido Julián Gutiérrez–, le hubiera bastado para estar entre lo mejor de la Isla.
En Sevilla, el organizador y productor ejecutivo de los conciertos del Son Cubano y el Flamenco desde 1994-2001, José María Mellado, me contó que Marcelino no pudo venir al primer encuentro porque no había tenido dinero para coger un taxi desde su pueblo hasta la ciudad de Alicante, donde cogería el avión que ya estaba reservado y que lo traería hasta Sevilla, sitio en el que se reuniría con viejos conocidos como Compay Segundo y El Guayabero.
Luego, investigando sobre Israel López Cachao encontré, en una entrevista suya del año 1994, cuando vino a presentar la película que Andy García le había hecho, una visión de Marcelino que desconocía.
"También en España está Marcelino Guerra, Rapindey, actualmente viviendo en Alicante. Lo que sucedió con Rapindey es que él era marino mercante y la actividad musical se puso con los años un poco floja, así que él siguió con su profesión de marino, aunque la música nunca la dejó. Luego, al final de su carrera, lo retiraron muy bien, con buen dinero y como a él le gustaba mucho España y se casó con una española, pues se quedo aquí en España".
Resulta que los versos de la segunda parte de su canción más conocida, Convergencia, diseñaron la estrategia de su propia vida: "Madero de nave que naufragó,/ piedra rodando sobre sí misma,/ alma doliente vagando a solas,/ de playas solas, así soy yo./ La línea recta que convergió/ Porque la tuya final vivió".
Hoy el rostro de Marcelino Guerra puede verse en cualquier tienda de discos de España, o del mundo si se busca en webs, pues la disquera independiente Nubenegra, de Madrid, –quien dio a conocer a la Vieja Trova Santiaguera, Gema y Pavel y Habana Oculta entre otros cubanos desconocidos aquí a inicios de los noventa–, le grabó un disco en 1996. Marcelino no pudo presentarlo, pues murió el 30 de junio de ese año, unos meses antes de su salida. Se cuenta que el musicólogo Tony Évora lo convenció de que entrara a grabar en un estudio después de 18 años de su retiro de la música; lástima doble (por él y por la música cubana) de tantos años sin ejercer su profesión. Este disco recoge sus mejores composiciones: sones, guarachas y boleros como Pare cochero, A mi manera, Buscando la melodía, Convergencia, Me voy pa'l pueblo, Prietica, etcétera, así como otras haciendo dúos notables con Omara Portuondo y Jacqueline Castellenos, junto a la tropa de la Vieja Trova Santiaguera.
Hoy he podido saber que salió de Cuba en 1944 rumbo a Nueva York, pero antes había formado parte, en 1930, del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, haciendo la segunda voz (función que también hizo con el conjunto de Arsenio Rodríguez). No olvidemos, además, que pertenece a la pléyade de músicos nacidos en la maravillosa ciudad de Cienfuegos.
Para demostrar que sus canciones suenan mejor que nunca, un grupo llamado Los Fakires, de la provincia de Santa Clara, acaba de sacar un disco de nombre homónimo, que presentan en España y donde su cantante, Cascarita, hace una de las mejores versiones que yo conozco de A Mi Manera. Varios solos de saxo lo acompañan durante todo el bolero fabricando melodías dentro de los versos y los compases de esa fantástica canción. Estoy seguro que a consecuencia de ello Marcelino Guerra, alias Rapindey, no descansa en "Paz", sino en la Gloria –en su gloria–, aunque no haya podido coger aquel taxi.
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