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sábado, 28 de junio de 2014

Deborah Robertis muestra su pubis ante el pubis de Coubert en el Museo Orsay de París.


Deborah de Robertis, luxemburguesa y performance, entró con un vestido dorado, sin bragas y descalza en  la sala 20 del Museo Orsay de París  el 29 de mayo del 2014,  se sentó en el suelo delante del cuadro, El origen del Mundo, se subió el vestido y mostró su pubis sin afeitar similar al  pubis precioso y realista de Gustave Coubert pintado en 1866.  Deborah no te tumbó del todo permaneció sentada y el vestido representaba el marco del cuadro brillante idea.
La diferencia con el original (se  cree que la mujer cuyo pubis sirvió de modelo para Courbet podría tratarse de Joanna Hiffernan, una amante del pintor) fue que Deborah con sus dedos, se abrió los labios mayores para que el público presente en la sala viera el agujero vaginal de su vulva que no muestra el cuadro, la música de fondo era el Ave Maria de Schubert. 
Ella le llamó "Espejo del origen" a este performace. Los presentes en la sala 20 aplaudieron el gesto gratis y sin permiso del museo que les ofreció Deborah y quedaron un poco descolocados cuando vieron cómo la seguridad del museo primero se puso delante De Robertis para impedir que vieran una vagina real, cuando en la paret tenían otra que no tapaban y para colmo los echaron de la sala cuando De Robertis se negó a irse. La detuvo la policía pero fue liberada al momento.
Lo triste de censurar este performance es comprobar la gran hipocresía en que ha caído la sociedad civil. Nadie prohíbe  la cantidad innumerables de cantantes de soul y pop idiotas que se hacen fotos en redes sociales mostrando mucho más y de forma bastante más vulgar que Deborah De Robertis, quien reescribe el relato real de un cuadro extraordinario y rompedor del siglo XIX.
De Robertis al diario francés Le Monde, explicó que su acción, su obra "no refleja el sexo, sino el ojo del sexo, el agujero negro."
Lo más terrible de esta historia es que jamás pude imaginar cuando vi este cuadro por primera vez allí mismo en 1999, que muchos periódicos digitales e impresos haciéndose eco de la noticia censurarán con cuadros negros o con puntos tanto la vagina de Deborah de Robertis como la vagina del cuadro clásico de Coubert, me recordó un texto de Anne Cumming:
" A casi todos los heterosexuales les disgusta un coño. Es su último objetivo, pero en realidad no les gusta. Prefieren las tetas, el pelo, unos ojos bonitos, una hermosa cara. Les gusta atenazar a la mujer por la cintura y cogerle las nalgas del culo con la mano abierta y apretarlas. En realidad no les gusta un coño en primer plano. Muy pocos hombres lo miran siquiera."












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