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miércoles, 14 de enero de 2015

Amanece...

¿En qué ciudad se está cuando amanece? ¿Qué ciudad no se parece a la ciudad de la memoria cuando el sol se levanta y uno aún sigue en cama?
Escucho canciones que grabé hace un año. Oigo un tema de Bela Fleck tocando el banjo, luego la orquesta de Cad Calloway desborda aun más esta tranquila realidad, y el jazzista Michel Partituchi me devuelve a la tierra. Los temas aleatorios de un MP3, no tienen la lógica de la conciencia como la tuvo en el siglo XX.
Este día un café en esta Plaza, hay un raro amanecer. En el momento en que escribo suena un danzón. Este azar que demuestra que tecnología y espíritu es lo mismo, los tópicos, también.
Hay dos café en la Plaza Nord, yo elegido uno de forma permanente. Si tuviese que decir los motivos, pudiese responder que es debido a que uno es interior, casi vaginal, y el otro tiene la promiscuidad de la mirada del transeúnte. Una estrategia que se aprende en los cafés de París, hechos para mirar a quien pasa. Dos chicas muy jóvenes rompen mi reflexión aburrida de cafés e improvisan una clase de castellano en toda regla…

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