Cuando estuve en New York en otoño hace dos años, estaba tan emocionado que le hacía foto hasta la basura. Quería llevarme todos sus elementos. Transporte público, sus perfiles, sus ardillas, sus árboles de colores, todas sus avenidas y toda su historia. Temblaba cada vez que pasaba en metro por debajo de Harlem en la Línea 1, el Harlem donde otro Arsenio Rodríguez Scull escribió hace muchos años hay fuego en el 23...
Todo esto para decir que a pesar de que hoy están a -17 grados con -26 de sensación térmica yo estaría allí encantado de la vida como el bolero, lo juro, y sabéis que adoro Barcelona y París...
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