Aún recuerdo mi emoción la primera vez que crucé la frontera hacia Portugal por Huelva, en la zona de Isla Cristina en el año 2000.
Me quedé muy impactado pues en las casetas de control no había nadie, yo esperaba guardas fronteras que me impidieran pasar pues no tenía residencia en España, ya tenía vencido el visado de París donde había llegado seis meses antes y tenía muy reciente los traumas de vivir en una dictadura militar desde que nací..
Luego cuando tuve residencia me primera salida viviendo en Sevilla fue a Portugal donde me encontré con una ciudad que me quedé con ella para siempre: Lisboa.
La emoción cambió cuando vine a vivir a Barcelona y evidentemente la frontera más cercana fue Francia; y Perpinyan fue el objetivo de visita ésta vez conducía yo.
Con todos los permisos y sin miedos extras.
Aunque sin duda la visita Colliure, pueblo fronterizo de Francia donde está enterrado el poeta Antonio Machado, es mi pasión total.
Confieso que nunca había pasado solo una frontera europea conduciendo.
Esta que veis en la foto es de Portugal a España por Galicia. Y me sigue emocionando. Debe ser porque nací en una isla o la emoción es parte de mi existencia innata.
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