En un pantalón corto, encuentro una postal de lla barceloneta sobre un mantel individual, que me gustó hace unos días en Barcelona. Siempre hay signos físicos y vitales de tu lugar de pertenencia que buscan la forma de recordarte de donde vienes. Mi niña, dijo: ¡Papá Barceloneta! Con un brillo en sus ojos muy especial. Sólo llevamos cinco días fuera...
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