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lunes, 16 de noviembre de 2015

Torre Eiffel desde el Sena con orgullo de turista...

En esta imagen iba en barco por el Sena. Que técnicamente se llama Bateaux-Mouches. Los cascos que ves en la foto conectaban a un lector de CD.  Esos aparatos que ya no existen. No había nacido mi niña. Y llevaba baterías de respuesto,  eran más caras en París. El mp3 no estaba de moda aún, ambos liquidados por el smarphone.  

Miraba a la torre asombrado desde la humedad  y aún no había visto su puente glorioso en Oporto, también construido por Eiffel. Que tan bella tarde me hizo pasar en esa ciudad. 

Lo más raro no era el lector de CD,  sino esa gorra que llevaba que decía: Italia. Un año antes (2004) había visitado Florencia, Milán, Génova y Prato. O sea, tenía escrito: fervoroso turista en la frente. Y sabes qué, no me importaba. Era feliz. Estaba en París. Además, no le temo al ridículo, ni a las cartas de amor y poemas ridículos que escribo como Fernando Pessoa.

Es maravilloso el Sena. Los poemas en los que aparece, y la calma natural que genera ver perfiles de París de la Rivé Gauche o Droite desde un río.

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