Cuando mi niña tocaba notas en el violín y cortas melodías, me tocaba el alma. Cuando toca canciones ahora en la flauta modifica mi adn musical con una caricia.
En ambos casos sé que estoy marcado por la fustracion de no haber sido músico profesional, aunque escribir sobre músicos, músicas e historia de la música como historiador, me trajo a Europa.
Hoy también sé que estoy afectado por su lejanía del otro lado del Atlántico y seguro exagero sus cualidades y la elevo a Mozart, como también le digo: "la niña más bella del mundo de papá."
Ella sólo dice repetidamente en un mensaje de washaps :
¡Pápa te echo de menos!Pápa te echo de menos!Pápa te echo de menos!Pápa te echo de menos!
Suficiente para no dormir. Aunque sé que es feliz con su mitad del mundo perfecto....
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martes, 15 de diciembre de 2015
Maya toca el violín. ¿La música agranda la ausencia?
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