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sábado, 9 de julio de 2016

Cartas a Milena de Frank Kafka: "no soporto la imperfección compartida." Post para tí...

"Apenas había mandado la primera carta llegó la tuya. Aparte de todo lo que pueda haber por debajo -por debajo de esas cosas como el 'temor'  y similares-, lo que me repugna, no porque sea repugnante, sino porque mi estómago es demasiado débil, aparte de todo eso quizás el asunto sea más sencillo aún  de lo que dices. Por ejemplo así: Hay que soportar la imperfección solitaria en todo momento, en cambio no es necesario soportar la imperfección compartida."


El término "imperfección compartida" es excelente, tengan en cuenta que fueron escritas entre 1920-1922,  Kafka añade:

"¿Acaso uno no tiene los ojos para arrancárselos, y el corazón para el mismo fin? Y sin embargono es tan desastroso, esto es una exageración, solo el deseo es verdadero y no admite exageración. Pero aun la verdad del deseo no es tanto su propia verdad, como -mil veces más- la expresión de la mentira de todo lo demás." 

"Parece adsurdo, pero sí es. Por otra parte, quizás no sea en realidad amor cuando digo que eres para mí lo más amado; amor es cuando digo que eres el cuchillo con que escarbo mis heridas"
Pag 159 ed Alianza Editorial 1974.

Quédense con la frase:  "amor es cuando digo que eres el cuchillo con que escarbo mis heridas"

Hoy me levante con Kafka, pues este libro lo tenía para leérmelo en estas vacaciones. Pero la tentación es fuerte y ya he leído y subrayado varias cartas antes... También el conflicto de mis amigos que son parejas estables e inestables a la veces me influye y desangra en la misma dirección. Ya sé que no los puedo arrreglar pero me sirve Kafka.
Después de estar en Kafka, (no en Praga con mi hija). La cercanía con Kafka es brutal. Yo creía que lo llevaba por dentro y hace dos días descubrí que hay seres extraordinarios  ( Laila) por ahí sueltos, que leen Kafka en mi cabeza... Y se lo leen a sus hijos en la lengua de Pessoa.
Yo, a veces me creo extraordinario... y vosotros que están ahí detrás de esta pantalla me superan. Vosotros que el azar a veces me premia de que los conozca después de leerme, me superan. Y eso me hace feliz y terrenal. 

Mi hija me hizo esta foto con el ipad ante la casa de Kafka. No se ve pero estoy llorando de felicidad. No de estar en Praga y en casa de Kafka sino haber tenido esa experiencia con mi hija.

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