Tengo la suerte de enamorarme de las ciudades que visito. ¿Por qué? Sencillo, se me quedan dentro y como todo buen amor a cada rato recuerdo detalles cuando veo o me encuentro una foto mientras busco otra.
Hay ciudades como amores que se quedan dentro y salen. Para que no olvidemos que hemos sido felices allí una vez.
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