Voy
a dar, otros argumentos sobre el origen polémico del danzón, y el mambo, ya que parece que con
las dadas en mi texto “Investigaciones sobre el ADN del Mambo y el
Danzón” no bastó. Pensé que estos datos que daré eran conocidos pues
estaban publicados en los años sesenta,
y cuarenta, cometí el error de creer
que todos los que nos dedicamos a la crítica musical cubana consultamos ciertos libros
básicos.
Solo
quiero transmitir la tesis de que los
ritmos o géneros de la música cubana, es muy difícil afirmar que solo una
persona los creó, defiendo la idea en
mis investigaciones, de que la creación
colectiva, es casi lo más natural en el
caso de nuestra música, que los creadores de etiquetas de este creó, fulado es
el rey, mengano es el único, es
peligroso, fue una práctica de
las disqueras por una parte, y de críticos no investigadores por otra. Rendir culto a errores, ampliamente probados
no nos ayuda, mucho menos en la red, de amplia consulta desde cualquier parte
del mundo. Creo que refutar, discutir y argumentar siempre enriquece un tema;
aceptar, repetir y estar de acuerdo no nos ha ayudado históricamente, en nada.
Yo
intenté “aclarar” y “argumentar”,
palabras que aparecen en mi texto, nunca “arremeter,”
palabra que Joaquín Ordoqui García utiliza dos veces en su texto de réplica del
lunes 30 de abril. Pero antes de entrar en salsa de polémica me gustaría
decirle a Ordoqui, que efectivamente es una casualidad maravillosa que tenga el mismo nombre de Arsenio
Rodríguez, y que además tenga una
cercana relación con una familia
esencial en la historia de la música
cubana, pero eso, ni mis
investigaciones, entrevistas y conferencias
publicadas en Cuba y España sobre música cubana, ni ser uno de los dos
responsables de las 64 entradas sobre Cuba en el Diccionario de RocK Latino
editado por la SGAE y Fundación de Autor en Noviembre del 2000 en España; no ayudará en nada a mis ideas y mucho menos
a mi errores, falsedades y posibles confusiones y descontextualizaciones que me
señala, de las cuales soy absolutamente responsable, saber quien soy, es fácil,
basta con que encuentro en la red le envíe un correo con mi curriculum, que puedo
facilitarle.
Cuando
hablo en mi texto de “que toda la musicología cubana coincide en que, cuando el músico
matancero Miguel Faílde Pérez estrena en el Club de la ciudad de matanzas(1 de
enero de 1879) su danzón Las Alturas de Simpson....” Con esta frase salta
Ordoqui diciendo que no sabe a que me refiero, yo quise decir que muchos
musicólogos repiten hasta la saciedad ese tópico dogmático de Faílde, que es cuestionable. Ordoqui dice
textualmente: En todo caso ,Helio Orovio,
autor del único diccionario de música cubana, refiriéndose a Failde afirma
“Estrenó, en 1879, Las Alturas de Simpson, primero en la historia de este
género popular bailable” La réplica de Ordoquí me parece ingenua, pues el
diccionario de música cubana fue escrito y publicado por primera vez en 1981, aunque él
cita la versión de 1992, p.62), yo
evidentemente no me refería a Helio Orovio, que para tristeza de nuevos
investigadores escribió bastante apurado dicho texto. No revisó seguramente a Alejo Carpentier quien en su clásico libro “La música en Cuba”,p.135, La Habana, 1961,
pero publicado en México antes, 1946,
(que no todos leen pero todos citan) nos dice:
“Enunciado por Saumell, el danzón
quedaría consagrado como nuevo tipo de baile por el músico matancero Miguel
Failde, que compuso en junio de 1877 cuatro danzones titulados “EL Delirio”,
“La ingratitud”, “Las quejas” y Las Alturas de Simpson”. Se dice que faílde
había inventado el danzón, sin tenerse en cuenta que se editaron danzones –ya
clasificados de tales- en fechas muy anteriores. Lo que ocurrió fue que, en un
principio, el danzón apenas si difirió de la contradanza, en lo que a música se
refiere. Lllamose Danzón al baile de pareja enlazada, que venía a sustituir el
baile de figuras que era contradanza. Por lo demás, subsistía la prima y la
segunda, con todas sus características. Ya en 1878, la difusión del Danzón
debió de ser considerable, a juzgar por un concurso organizado, en el Teatro
Albisu, por el Centro de cocheros, cocineros y reposteros de la raza de
color.Las orquestas de Failde de matanzas y de Raimundo Valenzuela, de la
habana, ejecutaron rumbas, guarachas, boleros, puntos de clave, guajiras,
además de danzones oresentados. Por fin, en 1879, la sociedad de Matanzas dio
su aceptación oficial al baile que ya el pueblo conocía de sobra, en una fiesta
dada en los salones del Liceo.”
Como
se hace evidente después de esta cita es imposible volver sobre “El 1ro de
enero...” El musicólogo cubano Leonardo Acosta , se pregunta como yo en un artículo sobre el mismo tema ¿Qué autoridad omnipotente habrá logrado
hipnotizar a todos para que se acepte lo que obviamente es un dogma y no una
verdad histórica?
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