Tengo los brazos demasiado largos por la memoria y el exilio. Sin desearlo a veces mirando Google map entro a esa isla con el cuerpo dormido y desde aquí/ y con mis brazos robo cosas que dejé en ciertas esquinas donde la nostalgia.
El problema es que intento besar a mis novias de la adolescencia y no las alcanzó. No están. Ya se olvidaron para bien de esa pesada carga del pasado. La maternidad las obliga a un presente continuo. En cambio yo nunca sé qué hacer con estos brazos tan largos cuando atravieso el Mediterráneo y Atlántico con ellos y no se recogen cuál cinta métrica con resorte ínterior. Les pasa a mis brazos por retornar vacíos. Por no saber que todo lo que soy está conmigo.
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