En 1999 cuando llegué a París no tenía hija. No obstante, cuando estás ante los escaparates de las Galerías Lafayette en París y ves a otros niños con sus padres crecer en el asombro por los móviles y tinglados que se montan aquí cada año para atraer aún más a su público a consumir quedas encantado. Y con la promesa intensa de que si tienes un hijo lo traes de bruses a ver esto.
Vengo casi cada año a París desde el año pasado dije que no volvía en Navidad o fin de año sino traía a mi hija.
Ha sido este enero que he podido ver el rostro de mi hija ante los móviles y tinglados de los escaparates interminables de las Galería Lafayette.
Quienes venímos hace años siempre creemos que las anteriores son mejores. Y seguro habrá gente en París que ya ni viene. Pero esos juicios críticos acaban cuando ves la cara de tu niña contra los cristales de Lafayette perdida en la emoción de descifrar cada uno de los entresijos de estos diseños. Que este año se llamaban en castellano "SPECTACULAR, SPECTACULAR"
Quién piense que no sé que esto es la expresión máxima del capitalismo salvaje se equivoca. No obstante, por saberlo no quita que genere una ilusión extrema en los pequeños y en espacial mi hija. Quien a partor de ahora en Barcelona seguiremos girando en nuestro ADN de intereses comunes y viajes que pasan por Praga, Cotê de Azur, Nice, Marsella, SanRemo, París.
La relación con los hihos se teje a viajes. No siempre al exterior, sino al interior de la memoria.
Cúpula interior de las Galerías Lafayette.
Ascensor a la Terraza del 7mo.
Torre Eiffel y Maya
Representación de un Circo ambulante en los motivos de este año 2018 de las Galerías Lafayette.
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