La cerámica vidriada trianera, a partir de la invasión musulmana en Andalucia, propiamente, pegó un salto de calidad con hornos de arcilla y una visión plástica que arraigó en el barrio de Triana, Sevilla como en ninguna otra parte de España.
Aún hoy; la entrada de los portales, los balcones de Triana llevan el sello único y esencial de este arte que se consolidó en los siglos del VIII al XII y no terminó con la expulsión musulmana.
Para mi pensar en Triana es soñar con azulejos con tendencia calidoscópica, caminar por las calles Castillejos o la calle Pureza es una experiencia única. Volver aquí tras 7 años es recuperar una belleza ganada. Por eso no dudé en llevarme el nombre de mi hija personalizado. Es una forma de tener a Triana conmigo.
Andar Triana con Lilian, una amiga que vive aquí y conocí en el año 2000, hace que no quiera pasar el puente hacia Sevilla:
"-Del puente pa-trá"
como dicen los trianeros.
Solo me duele no haber encontrado una camiseta que me regalaron cuando vivia aquí que rezaba TRIANA REPÚBLICA INDEPENDIENTE.
Encontré otra verde trianero que decía "Ser de Triana/ es ser sevillano dos veces."
Pero esa me gustó menos.🤣
Azulejos bajo los balcones
En Triana tienes que mirar por debajo de los balcones y verás un cielo de azulejos
"Quienes trabajaron el barro a lo largo de los siglos en esta orilla del río y mezclaron la tierra de la vega de a Triana con el agua del antiguo Betis, y cuyas vadijas y axulejos transportados a otras tierras, sirven hadta hoy de testimonio de nuestra cultura y nuestro caracter.
Distrito de Triana 2007."
Calle San Jacinto. Barrio de Triana.
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