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domingo, 2 de junio de 2019

La nostalgia de cargar a una hija que no es tuya

Ya mi niña ha crecido lo suficiente para que no me quepa en el centro del pecho.
La abrazo y la ahogo a besos siempre que puedo pero imposible cargarla y que quepa toda entre mis brazos y el corazón a la izquierda que tengo.
Ayer de retorno de un cumple al llegar a La Floresta tomé en brazos a Lía -la hija de Leti- tras sacarla del coche y caminé con ella hasta la casa cargada en mis brazos y casi en el centro de mi pecho, es pequeña aún. 
Fueron escasos minutos pero recuperé un acto reflejo de amor incondicional que ya creí olvidado, y sublimado por todo lo que me da ver crecer a mi hija.
Joanna que me vio, me dijo que fui feliz, igual a como un rato antes tocaba samba y bossa nova  con mi Djembe en el  cumple y todos bailaban.
Descubrió que el rostro de mi felicidad  tiene los mismos vasos comunicantes que el recuerdo de mi hija en el centro del pecho y la música, pues sí.
De eso va el retorno del amor, "el amor despues del amor," ese del que habla Fito Paez en una canción.
En esta foto miro la foto 
donde tengo a Maya en el 
centro de mi pecho.


"Último libro disponible en AMAZON donde narro mi experiencia de ser padre."

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